sábado, 17 de agosto de 2013

Capitulo XXXI

Estaba sentada, en la misma mesa de siempre, la música sonaba, sonaba como alternativa, no conocía la canción. La puerta del lugar se había abierto, entraba un chico rubio, vestía jeans y una playera negra sin estampado. Llevaba lentes, era Danniel, quien me vio desde el otro lado, levanto la mano moviéndola a los lados. Con esos lentes se veía irresistiblemente inteligente.
-Hola- me dio un beso en la mejilla -¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias- sentía que me comenzaba a sonrojar -¿y tú?
-Igual, gracias- se sentó justo enfrente de mí –por cierto te ves muy guapa- me dedico una sonrisa. Sus dientes blanquísimos, sus ojos azules, su melena rubia, todo de él me mataba. –Y dime ¿Por qué me pediste a mí que te ayudara a estudiar matemáticas?
-Bueno tu Facebook decía que estudias arquitectura, así que supuse que sabrías algo del tema.
-Ese es un estereotipo- puso cara seria, al parecer se había molestado con mi comentario –pero… desafortunadamente, aplica muy bien ese estereotipo, no es por presumir pero me iba muy bien en matemáticas en la secundaria, y me sigue yendo bien- recupero la sonrisa.
Me sentía nerviosa, no me había dado cuenta de que la música había cambiado, ahora era una canción, en francés al parecer, tenía buen ritmo pero no la podía reconocer. Danniel movía las manos, parecía reconocer la canción.
-¿Conoces la canción?- preguntaba él.
-Para nada, recuerdo haberla escuchado pero no la reconozco- conteste.
-Por supuesto, está un poco vieja- comenzó –la escuchaba mucho cuando era pequeño se llama “L’alizé” es de Alizée.
Una mesera se acerco, dejo 2 menús, yo estaba feliz, estaba con el chico de mis sueños, me había hecho un cumplido nada podría ir mejor.
La mesera regreso, nos pregunto amablemente que queríamos, Danniel pidió un americano yo preferí un frappe. La música cambiaba ahora era yo la que si reconocía la canción. Y comencé a tararear.
-Ahora se invirtieron los papeles- soltó una risita -¿Conoces esta canción?
-Por supuesto, me gusta mucho- sonreí –se llama “Ready or not” es de Bridgit Mendler.
-Me gusta la letra.
A mí me gustaría poder dedicarte la canción, me mataba la idea de no poder decírselo.
-A mi también, muy bonita ¿no?
-Por supuesto.
La mesera llego a interrumpir, puso los cafés en la mesa y se fue.
-Bueno deberíamos comenzar- dio un sorbo a su café, y comenzó la clase.
El tiempo de la clase paso rápido, más de lo que yo esperaba. Mantenerme concentrada fue demasiado difícil, no podía mirarlo directamente sin perderme en sus ojos. Hubo momento de relajamiento algunos chistes, miradas, sonrisas.
-Bueno, creo que eso es todo- miraba la hora, parecía contento -¿No tienes alguna duda?
-No- sonreí, después respuesta. La tarde había sido perfecta, solo que me hubiera gustado que las matemáticas no estuvieran implicadas.
Él miraba su reloj, acababa de recibir un mensaje posiblemente de Tatiana su novia. Soltó una pequeña risita al mirar el mensaje, se veía feliz, lamentablemente yo no era la razón de esa felicidad.
-Bueno, creo que es hora de irme- me levante de la mesa y deje un billete sobre la mesa.

-¿Por qué? Aun es temprano, ni siquiera ha oscurecido- mire por la ventana, 8 de la noche, ya no faltaba mucho para que eso pasara. –Oye ¿tu novio no se enojo de que le pidieras ayuda a otro chico?- pregunto, parecía curioso. Aunque yo estaba realmente confundida.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?