sábado, 26 de octubre de 2013

Capitulo XL

El despertador sonaba, indicando el comienzo de la rutina, la rutina de siempre, me levante de la cama y corrí las cortinas, era otro día nublado de verano, no era buena señal por lo menos no para mí. Entre al baño, me despoje  del pijama, el agua se sentía muy bien, el agua caliente me ayudaba a despejarme. De la nada recordé el asunto del “Infinity”, ¿debería ir?, Demian y Valeria se veían emocionados, yo solo quería saber si Danniel iría, pero el próximo miércoles, justo ese día, Danniel cumple años, 19 años. Salí del baño, me puse el mismo uniforme aburrido y soso de siempre, esperando comenzar con la rutina.
El camino a la escuela no solo fue normal, fue aburrido, la misma pregunta me rebotaba en la cabeza ¿debería ir al “Infinity” con ellos?, una parte de mi quiere hacerlo, pero la otra sabe que es traicionar todo en lo que creo y defiendo, estaba en un dilema.
En la puerta estaban Demian y Valeria, hablaban sobre algo, posiblemente era sobre la graduación de Sebastián, baje del auto y fui directo hacia donde ellos estaban, ambos me saludaron con un beso en la mejilla.
-¿De qué hablaban?- pregunte.
-De lo que usaremos esta tarde- respondió Valeria. Lo sabía mi intuición no me fallaría.
-¿Qué harás esta tarde?- pregunto Demian.
-Tal vez sacrifique algún animal o haga vudú, no sé- solté una risita –tal vez vea una película o algo así.
Hubo silencio hasta llegar al salón, era hora del examen de física, la materia no era un gran problema, pero con el asunto del antro, no estaba tan segura.
El examen no resulto ser gran problema, la profesora de la siguiente hora no vendría, eso aumentaba mi suspenso por mi calificación de matemáticas, solo 50 minutos más y sabría si ese tiempo usado con Danniel para estudiar dio resultado.
-¿Qué tal el examen?- pregunto Valeria, quien se sentó en la mesa del pupitre.
-Bien, digo no estaba muy complicado- me sentí aliviada, era el último examen complicado por así decirlo, los 3 últimos son materias, fáciles, tan fáciles que hasta las bochos las pueden pasar sin necesidad de copiar. – ¿Qué tal ustedes?
-¿No estaba tan complicado?, ¿Cómo puedes decir eso?- pregunto Valeria, esta estaba un poco frustrada, al parecer no le había ido tan bien –algunas cosas no las recordaba y otras tenía dudas. Vaya maestro que resultaste ser-. Se dirigió a Demian.
-Hey a mi no me eches la culpa- Demian se quejo –hubieras aprendido algo ayer, si no te hubieras estado besuqueando con mi primo- Demian defendía su orgullo, él y Valeria siempre estaban peleando, para mí es un honor ser su mediadora.
Valeria estaba a punto de responder cuando un flash y el sonido de este llamo nuestra atención. Eran las bochos, tomándose fotos, al parecer solo para eso venían a la escuela.
-¿Se dan cuenta de que somos los únicos o los pocos, que no vienen a la escuela solo a tomarse fotos?
-Porque nosotros venimos a estudiar- contesto Demian.
-Y porque nosotros si tenemos cerebro- agrego Valeria.
-Bueno, algunos más que otros- Demian se burlo.
-¡Oye!- exclamo Valeria –eso es grosero.
-¿Algún día dejaran de pelear?- pregunte.
-El día que las bochos saquen más de 7-contesto Demian. Los tres comenzamos a reír.
-¡Nunca pasara!- casi grita Valeria.
El resto de la hora paso así, entre risas y bromas, con mis dos mejores amigos, mis dos hermanos. Muchos dicen que los amigos son la familia que tú eliges, es verdad, y yo no pude elegir a nadie mejor que a Demian y Valeria, somos la triada perfecta, el trió dinámico, las 2 mosqueteras y un mosquetero, éramos, somos y seremos eso y más.
El timbre sonó, el profesor de matemáticas entro al salón, dejo un montón de portafolios sobre el escritorio.
-Buenos días clase- saludo el profesor –tomen asiento- ordeno como si fuera un dictador. Todos hicieron caso a la orden, el profesor no era muy viejo, pero imponía respeto.
Estaba sentada, escuchando que daba las calificaciones por orden de la lista, estaba nerviosa mis manos temblaban, Demian estaba tranquilo y solo me dedico una sonrisa, Valeria quien estaba igual de nerviosa, jugueteando con un mechón de pelo, desde el otro lado del salón me dijo “Suerte” en voz baja, le agradecí con una sonrisa.
-Ferro- dijo el profesor imponente –nueve punto cinco.
No lo podía creer, me había ido mejor de lo que esperaba, Demian me sonrío nuevamente, Valeria me miro y aplaudió sin hacer ruido. Estaba orgullosa de mi misma, también estaba feliz por el hecho de que Danniel no haya perdido su tiempo después de todo.
Las calificaciones de Demian y Valeria fueron buenas, un diez y un ocho punto dos respectivamente, no me sorprendía, cuando la clase termino nos dimos cuenta de que él profesor de español no había llegado, una hora libre más.

Inmediatamente cuando el profesor de matemáticas salió del salón, saque mi celular y mande un mensaje, ya tenía plan para esa tarde.

sábado, 12 de octubre de 2013

Capitulo XXXIX

El viento acariciaba mi rostro, abrazaba fuertemente a Valeria, no podía creer que los tres cupiéramos tan bien, Valeria y yo somos delgadas, Sebastián por su parte su complexión era delgada, claro tenia la espalda ancha y el cuerpo marcado, todo producto de varias horas de ejercicio. Mi casa no estaba muy lejos, pero el tráfico era horrible, yo solo deseaba que no nos multaran, Sebastián volteo por un momento, su mirada y la de Valeria se encontraron por un momento, él sonrío al parecer ella también, esa sonrisa se fundió en un beso. Desearía que me pasara algo así con Danniel, solo deseaba que no fuera tan imposible, poder sonreírle, abrazarlo, me sentía celosa, celosa de Valeria y Sebastián…
-¡Lola!- Valeria gritaba en frente de mi –hemos llegado.- Me había quedado tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera había notado que la moto no estaba más en movimiento.
-Oh- baje de la moto –disculpen, yo…- balbuceaba –recordaba lo que habíamos estudiado.
-Claro…- Valeria lo decía en un tono de “no te creo”. –Tan concentrada que no viste a Danniel, pasando… sin camisa
-Y te estaba saludando- añadió Sebastián.
-¿En serio?- dije con cierta frustración y me cubrí el rostro.
Sebastián y Valeria comenzaron a reír, pronto comprendí que solo era una broma, me acerque a Valeria y le di un pellizco en el brazo.
-¡Ay!- se quejo –no te pongas ruda era solo una broma- Sebastián comenzó a reír, se divertía con la situación, Valeria se acerco y lo pellizco en el pecho.
-¡Auch!- grito Sebastián -¿a qué viene eso?
-Se llama solidaridad amorcito- esta sonreía divertida –si yo sufro tu sufres conmigo- le mando un beso, de forma burlona. –Como sea, ¿entramos?
-Claro, vengan- les dije.
-Las espero afuera- dijo Sebastián.
-Ok- contestamos como un coro.
Entramos a casa, mis padres estaban viendo la televisión con mi hermana, nos dirigimos a mi habitación, Valeria recogió sus cosas y salió, mis padres se despidieron de ella, salimos y estaba Sebastián, esperándola, con un beso en los labios, Valeria subió a la moto, grito despidiéndose y arrancaron. Entre de nuevo a la casa y mis padres estaban ahí aun viendo la televisión con mi hermana.
-¿Qué tal la tarde?, ¿estudiaron mucho?- mi padre, preguntaba, notaba cierta calma en él, típica en él.
-Lo normal- conteste.
-¿Qué harán mañana?- ahora me preguntaba mi mamá, parecía animada como siempre.
-No sé, no hay ningún plan- solté con cierto desanimo, me senté a lado de mi hermana que estaba entretenida viendo una película de dibujos animados –por lo menos yo no lo tengo.
-¿A qué te refieres con que tú no lo tienes?- mi papá sonaba confundido.
-Bueno…- balbucee un poco –Demian y Valeria irán a la graduación de Sebas.
-¿Y no te invitaron- mi mamá sonaba sorprendida.
-Sí, pero no quería hacer de mal tercio, en este caso cuarteto.
-¿Y Demian no lo hará?- preguntaba mi madre, mientras tomaba su pelo y lo acomodaba en una cola de caballo, cuando se acomoda el pelo de esa manera se ve más joven.
-Sí, pero es su primo, el debe de estar ahí, es su obligación- guardamos silencio un instante, dejando así solo el sonido de la televisión, el cual se vio interrumpido, por el sonido de mi estomago, estaba hambrienta. –Y bien… que hay de cenar.
-Oh hablando de cenar- mi madre parecía emocionada –los nuevos vecinos se instalan el jueves, los invite a cenar para darles la bienvenida, tienen un hijo guapísimo, es casi de tu edad, es un amor, es muy simpático.
-¿A si?, ¿Cómo se llama?
-Se llama…- mi mamá entrecerraba los ojos, parecía no recordarlo –no lo recuerdo, pero es un muchacho encantador.
-¡Hey!- exclamo mi papá –estoy en frente, ¡parece que le buscas marido a tu hija!
-Ay papi no te pongas celoso, también tengo amor para ti- me levante, y le di un beso sonoro en la mejilla.
-¡Shhh!- hizo mi hermana –podrían guardar silencio esta es la mejor parte.

Mis padres y yo comenzamos a reír, nos dirigimos a la cocina, con el único objetivo de saciar mi hambre.

sábado, 5 de octubre de 2013

Capitulo XXXVIII

-¿Qué dijiste?-La sorpresa me invadía,  no podía creer que alguien como Demian, dijera que si, así sin pensar.
-Que sí- contestaba sereno -¿Por qué la sorpresa?
-Porque eres el rey de lo aburrido- se me adelanto Valeria a contestar.
-Sin ofender primo, pero creímos que tu serias el que diría que no- la confusión en la cara de Sebastián era notoria, a decir verdad todos lo estábamos –incluso teníamos un plan de cómo convencerte, ¿Por qué la decisión?
-Pues, tenemos 14, es lo que todos los de 14 años hacen, ir a “Infinity” es como nuestro rito de paso.
-¿Rito de paso a qué?- pregunte, ahora estaba completamente confundida.
-A nuestra adolescencia, digo hay que probar de todo- se acomodaba los lentes y tomaba su libro –además como dicen “CHOLO”.
-Demian es YOLO- esperaba a despertar en cualquier momento –bueno ustedes pueden ir, yo me quedo- definitivamente no era otro sueño bizarro.
-Vamos Lola, pareces mi abuelita- Valeria se sentó a lado de mi –y mira que ella se divierte más que tú.
-Entonces invítala a ella.
-¡Lola! ¿Qué tiene de malo?- pregunto Valeria.
-En primera, tendríamos que mentir para poder ir- comenzaba a irritarme un poco –en segunda tenemos catorce, no nos vemos mayores, ahora díganme ¿cómo arreglamos eso?
-En primera existe algo llamado mentiras piadosas o podríamos intentar otra cosa- Valeria comenzaba a jugar con el servilletero –en segunda, existe algo llamado maquillaje, tacones altos y relleno de brasier.
-Claro…- cubría mi rostro con las manos y movía la cabeza de un lado a otro. Valeria cada vez me sorprendía más. –Vale a veces me pregunto porque me junto contigo.
-Porque me amas- sonreía descaradamente.
-Si te digo que tu crush puede estar ahí, ¿te animarías?- Sebastián se metió.
-¿Y tu como sabes que Danniel frecuente el “Infinity”?- pregunte, la verdad tenía un poco de curiosidad,Demian, solo nos veía al parecer se divertía con la discusión.
-Facebook- el chico del pelo rizado me miraba, esperaba una respuesta –entonces, ¿Qué dices?
-Digo que si sigues perdiendo el tiempo aquí te despedirán, yo lo haría- sonreí.
-Mi turno termino hace rato- me regreso la sonrisa, parecía más bien una sonrisa burlona -¿entonces?
-Entonces lo pensare- voltee a ver a Demian -¿Podemos comenzar a estudiar?, en serio no quiero reprobar física.
El repaso no duro más de dos horas, trataba de evitar el tema del antro, no tenía ganas de “festejar” ya que realmente no había motivo alguno para celebrar. Cuando terminamos de estudiar, Valeria estiro los brazos en forma de victoria, Demian cerró su libro y soltó un suspiro.
-¿Cuál es el plan para mañana?- pregunte –escuche que hay una película muy buena…- Valeria me interrumpió.
-Lola, no podemos, mañana es la graduación de Sebas.
-Oh… bueno solo seremos tu y yo Demian- voltee a verlo.
-Lo siento, yo también iré.
-Oh, ok- sonreí –no hay problema.
-Si quieres, también puedes venir- soltó Sebastián, parecía que lo dijera con cierto compromiso –podemos arreglarlo.
-No te preocupes- sonreí, era un momento incomodo, pero no quería ir como un bulto.
-Anda será divertido- insistió Valeria.
-No te preocupes- sonreí –vayan ustedes.
-¿Segura?
-Segura- volví a sonreír.
El celular de Demian comenzó a sonar, este se levanto y atendió la llamada. Sebastián, Valeria y yo, nos quedamos en la mesa. Comenzaba a reinar un silencio incomodo.
-Entonces, ¿Qué planeas estudiar Sebas?- decidí acabar con el silencio.
-Ingeniera civil- este sonrió.
-Que bien- le regrese la sonrisa, Danniel estudia arquitectura, quien sabe en el futuro mi marido y el de Valeria podrían trabajar juntos… pero que estoy pensando, debo dejar esas fantasías.
-Chicos, me tengo que ir- Demian se acerco y dejo su parte de la cuenta.
-¿No quieres que te lleve?- pregunto Sebastián.
-No, así está bien, mi papá no está muy lejos de aquí- me dio un beso, otro a Valeria y choco los cinco con Sebastián –nos vemos- dijo mientras se alejaba.
Tome mi celular y mire la hora.
-Creo que también me voy- dije mientras veía la hora.
-Vamos apenas serán las nueve- Valeria le daba un beso a Sebastián.
-Sí, pero tú no eres la que hace mal tercio.
-Bueno ya, vámonos- Valeria se levanto –también tengo que pasar por mis cosas a tu casa- levanto a Sebastián, quien puso unos billetes en la mesa, pagando su parte de la cuenta y claro la de su novia. –Estas de suerte te daremos un aventón.
-¿En qué?- pregunte.
-Ya verás- no tenía idea de que hablaba. Hasta que salimos y señalo una moto, creía que se refería a un vehículo más grande, no creía posible que los 3 cupiéramos en eso.
-¿Cabremos los 3 ahí?- señale la moto.
-Claro, hemos subido incluso con Demian- respondió Sebastián –y si cabe él, debes caber tú.
-No sé cómo no te han multado.
-Yo tampoco- Sebastián me dio una palmada en la espalda, y nos dirigimos a la moto. Este se subió y seguido de él, Valeria. – ¿Subes?
-¿Y los cascos?- pregunte.
-Vamos vive la vida loca, Lola- Valeria sonrío –entiendes loca, Lola, hice un chiste.
-¿Por qué me sigo juntando contigo?
-Porque me amas, anda sube ya.
Accedí, siempre me termina convenciendo, sabía que si mis padres me veían bajando de eso me matarían.
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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?