El viento
acariciaba mi rostro, abrazaba fuertemente a Valeria, no podía creer que los
tres cupiéramos tan bien, Valeria y yo somos delgadas, Sebastián por su parte
su complexión era delgada, claro tenia la espalda ancha y el cuerpo marcado,
todo producto de varias horas de ejercicio. Mi casa no estaba muy lejos, pero
el tráfico era horrible, yo solo deseaba que no nos multaran, Sebastián volteo
por un momento, su mirada y la de Valeria se encontraron por un momento, él
sonrío al parecer ella también, esa sonrisa se fundió en un beso. Desearía que
me pasara algo así con Danniel, solo deseaba que no fuera tan imposible, poder
sonreírle, abrazarlo, me sentía celosa, celosa de Valeria y Sebastián…
-¡Lola!-
Valeria gritaba en frente de mi –hemos llegado.- Me había quedado tan absorta
en mis pensamientos que ni siquiera había notado que la moto no estaba más en
movimiento.
-Oh- baje
de la moto –disculpen, yo…- balbuceaba –recordaba lo que habíamos estudiado.
-Claro…-
Valeria lo decía en un tono de “no te creo”. –Tan concentrada que no viste a
Danniel, pasando… sin camisa
-Y te
estaba saludando- añadió Sebastián.
-¿En
serio?- dije con cierta frustración y me cubrí el rostro.
Sebastián
y Valeria comenzaron a reír, pronto comprendí que solo era una broma, me
acerque a Valeria y le di un pellizco en el brazo.
-¡Ay!- se
quejo –no te pongas ruda era solo una broma- Sebastián comenzó a reír, se
divertía con la situación, Valeria se acerco y lo pellizco en el pecho.
-¡Auch!-
grito Sebastián -¿a qué viene eso?
-Se llama
solidaridad amorcito- esta sonreía divertida –si yo sufro tu sufres conmigo- le
mando un beso, de forma burlona. –Como sea, ¿entramos?
-Claro,
vengan- les dije.
-Las
espero afuera- dijo Sebastián.
-Ok-
contestamos como un coro.
Entramos
a casa, mis padres estaban viendo la televisión con mi hermana, nos dirigimos a
mi habitación, Valeria recogió sus cosas y salió, mis padres se despidieron de
ella, salimos y estaba Sebastián, esperándola, con un beso en los labios,
Valeria subió a la moto, grito despidiéndose y arrancaron. Entre de nuevo a la
casa y mis padres estaban ahí aun viendo la televisión con mi hermana.
-¿Qué tal
la tarde?, ¿estudiaron mucho?- mi padre, preguntaba, notaba cierta calma en él,
típica en él.
-Lo
normal- conteste.
-¿Qué
harán mañana?- ahora me preguntaba mi mamá, parecía animada como siempre.
-No sé,
no hay ningún plan- solté con cierto desanimo, me senté a lado de mi hermana
que estaba entretenida viendo una película de dibujos animados –por lo menos yo
no lo tengo.
-¿A qué
te refieres con que tú no lo tienes?- mi papá sonaba confundido.
-Bueno…-
balbucee un poco –Demian y Valeria irán a la graduación de Sebas.
-¿Y no te
invitaron- mi mamá sonaba sorprendida.
-Sí, pero
no quería hacer de mal tercio, en este caso cuarteto.
-¿Y
Demian no lo hará?- preguntaba mi madre, mientras tomaba su pelo y lo acomodaba
en una cola de caballo, cuando se acomoda el pelo de esa manera se ve más
joven.
-Sí, pero
es su primo, el debe de estar ahí, es su obligación- guardamos silencio un
instante, dejando así solo el sonido de la televisión, el cual se vio
interrumpido, por el sonido de mi estomago, estaba hambrienta. –Y bien… que hay
de cenar.
-Oh
hablando de cenar- mi madre parecía emocionada –los nuevos vecinos se instalan
el jueves, los invite a cenar para darles la bienvenida, tienen un hijo
guapísimo, es casi de tu edad, es un amor, es muy simpático.
-¿A si?,
¿Cómo se llama?
-Se
llama…- mi mamá entrecerraba los ojos, parecía no recordarlo –no lo recuerdo,
pero es un muchacho encantador.
-¡Hey!-
exclamo mi papá –estoy en frente, ¡parece que le buscas marido a tu hija!
-Ay papi
no te pongas celoso, también tengo amor para ti- me levante, y le di un beso
sonoro en la mejilla.
-¡Shhh!-
hizo mi hermana –podrían guardar silencio esta es la mejor parte.
Mis
padres y yo comenzamos a reír, nos dirigimos a la cocina, con el único objetivo
de saciar mi hambre.
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