El domingo fue un día tranquilo por no querer
decir aburrido, me la pase pensando en Danniel y claro estudiando.
El lunes empezó como cualquier otro lunes,
aburrido y sin ninguna sorpresa mañanera, a diferencia de los días pasados
podría decir que este sería un lindo día (exceptuando el hecho de que es lunes
y de que tenía examen). El cielo estaba despejado, tal vez era una señal, de
que ese día todo iría bien. Al llegar a la escuela, solo estaba Demian
esperándome, él vestía el uniforme de la escuela, un pantalón gris con una
camisa blanca en conjunto de un saco y una corbata ambos azul rey, el uniforme
de las chicas es similar, solo que nosotras teníamos una falda. Verlo a él solo
parado allí, sólo podría indicar una cosa, que Valeria no ha llegado o que
capto mi mensaje y sabia que aun estaba enojada con ella, pero a decir verdad
comenzaba a extrañarla.
-Hola- el chico me saludo un beso en la
mejilla -¿Lista para el examen?
-Algo- jugueteaba con un mechón de mi pelo,
ya que sólo me había puesto una diadema y lo había cepillado un poco. Entramos
a la escuela, no faltaba mucho para que las clases y obviamente el examen
comenzaran. –Por cierto ¿y Valeria?
-Aun no llega- respondió Demian, acomodándose
los lentes -¿ya no están peleadas?
-No estamos peleadas- hice una mueca
–simplemente no le hablo, por el momento.
-¿No es lo mismo?
-No- hice una especie de ademan con las
manos.
-¿Por qué no?- preguntó haciendo una
expresión de no entender nada.
-Porque me oculto algo tan importante, como
que estaba saliendo con un chico… que por cierto es tu primo, debería
considerar enojarme también contigo, tú tampoco me lo dijiste.
-Sí, pero cuantas veces te tengo que repetir,
lo que ya te dije, no me correspondía a mí- contesto, con un tono parecido al
de la molestia –además ya te dijo ¿no?, no debería haber razón para molestarse.
Entramos al salón de clases y nos sentamos,
el examen estaba a escasos cinco minutos de iniciar y Valeria aun no llegaba…
tampoco era que me importara… mucho.
-Claro que la hay- me acomode en mi asiento
–no puedes ocultarle algo tan importante a tu mejor amiga durante tiempo-
chasquee los dedos –está en el código de chicas.
-Pff, código de chicas- hizo un gesto de
desagrado – ¿esa cosa realmente existe?
-Sí, bueno no…
realmente no sé- mire el reloj nuevamente, faltaban cuatro minutos y Valeria no
llegaba, si no llegaba pronto Gerbrutis, no la dejaría hacer el examen de
historia, lo que significaba que reprobaría la materia, en la cual por cierto
no le iba tan bien. –Pero si existe o existiera debería de estar esa regla.
Valeria logro
llegar a tiempo, con dos minutos de sobra y tras de ella, entraba nuestra
verdugo la profesora Gertrudis. Valeria se dirigió a su asiento justo al lado
del mío, saludo primero a Demian, a mí sólo me levanto la mano como seña de
saludo al que yo respondí con lo mismo.
-Muy bien
jóvenes- dijo, la profesora Gertrudis poniendo sus cosas sobre la mesa y
sacando un montón de folders, los cuales contenían sus instrumentos de tortura.
–los moveré de lugar para evitar cualquier trampa.
Las bochos
fueron las primeras (y las únicas) en quejarse, por lo cual fueron las primeras
en ser cambiadas de lugar. Mientras ellas causaban alboroto, no podía dejar de
pensar en Valeria, pero aun no me cabía en la cabeza, ¿Por qué no me había
contad acerca de Sebastián?
El examen
comenzó y obviamente a Demian, Valeria y a mí, nos movieron del lugar donde nos
encontrábamos. Demian estaba justo delante de una bocho, y detrás de mi estaba
otra. A decir verdad el examen no era tan temible como lo había pensado, ya que
lo estaba contestando con cierta facilidad. Pude darme cuenta de que Laura
(bocho café como la llamabamos) me estaba copiando, claro que me di cuenta de
esto, debido a que no es de las mejores personas disimulando en el planeta,
rápidamente escribí un mensaje muy simpático en la parte de arriba de la hoja:
“mira bocho, no sé si te estuviste apareando el fin de semana y no pudiste
estudiar, pero por favor ¡DEJA DE COPIARME!
Voltee
disimuladamente y pude notar el enfado en su rostro y que borraba algo del
mismo lugar donde yo había escrito mi pequeño mensaje, yo le dedique una
sonrisa triunfal.
No podía creer
que fuera tan bruta incluso para copiar el sutil mensaje que le había dejado.
El timbre sonó indicando que el examen había terminado, realmente estaba
confiada de mis respuestas, no por nada me esclavice el domingo estudiando,
aunque, también había estado pensando en Danniel y también en mi asunto con
Valeria. El resto del día paso con normalidad, exceptuando el almuerzo, era la
primera vez en años que cada quien estaba por su cuenta. Por una parte estaba
Valeria que sabía que aun estaba enojada con ella y por el otro estaba Demian,
que no quería estar en medio de nuestra pelea.
El timbre sonaba
una vez más, indicando el final de las clases y también el comienzo de mi
castigo, un castigo del cual no estaban enterados mis padres.