-¿Ese
muchacho era tu novio?- pregunto Sofía, viéndome con sus ojos enormes como
platos.
-No-
conteste tratando de no sonrojarme.
-Pero te
dio un beso, los novios se dan besos.
No sabia
que contestar, mi hermana aun era demasiado inocente.
-Sofi,
aun eres muy pequeña para entenderlo.
-¡No soy
pequeña!, ya tengo siete.
-Toda una
vida llena de experiencias- susurre sarcásticamente. Cruzamos la calle de la
mano.
-Quiero
algo, o si no le digo a mis papás.
-¡Ya te
compre un helado!
-Tu otro
novio me lo compro- era astuta, debía admitirlo.
-Si pero
él no perdió el disco de las bangles.
-Ya
usaste eso… no es justo.
-Si,
veamos que dice mamá cuando le diga que perdiste también su disco de M2M.
-Tramposa-
hizo un puchero.
Las nubes
comenzaban a invadir el cielo, el sol se oculto entre ellas, no faltaba mucho
para que le lluvia comenzara a caer, arrecie mi paso, Sofía lo hizo también, la
casa ya no estaba tan lejos.
Atravesamos
el zaguán y caminamos por el pequeño jardín, una gota cayó sobre mi frente, que
bien, justo a tiempo, introduje la llave en el cerrojo y abri la puerta.
-¿Hay
alguien?- pregunte desde la puerta.
-¡Aquíii!-
grito mi mamá desde la cocina.
-¿Mis
dulces?- pregunto Sofía.
-Luego.
-¡Mami!-
grito Sofía.
-¿Qué
paso?- grito mi madre.
-Lola en
el parque…- le tape la boca.
-Bien,
bien te daré lo que quieras- le susurre –pero no le digas-. Le quite la mano de
la boca.
-¿Lola en
el parque qué?- salió mi madre quitándose los guantes de cocina.
-Nada
mami- le sonreí –en el parque… no le compre un helado a Sofía eso es todo.
-¿Eso es
todo?
-Sí mami-
la pequeña sonrió con malicia y se fue saltando. Cada vez entendía menos a mi
propia hermana.