sábado, 21 de junio de 2014

Capítulo LXIX

-¿Ese muchacho era tu novio?- pregunto Sofía, viéndome con sus ojos enormes como platos.
-No- conteste tratando de no sonrojarme.
-Pero te dio un beso, los novios se dan besos.
No sabia que contestar, mi hermana aun era demasiado inocente.
-Sofi, aun eres muy pequeña para entenderlo.
-¡No soy pequeña!, ya tengo siete.
-Toda una vida llena de experiencias- susurre sarcásticamente. Cruzamos la calle de la mano.
-Quiero algo, o si no le digo a mis papás.
-¡Ya te compre un helado!
-Tu otro novio me lo compro- era astuta, debía admitirlo.
-Si pero él no perdió el disco de las bangles.
-Ya usaste eso… no es justo.
-Si, veamos que dice mamá cuando le diga que perdiste también su disco de M2M.
-Tramposa- hizo un puchero.
Las nubes comenzaban a invadir el cielo, el sol se oculto entre ellas, no faltaba mucho para que le lluvia comenzara a caer, arrecie mi paso, Sofía lo hizo también, la casa ya no estaba tan lejos.
Atravesamos el zaguán y caminamos por el pequeño jardín, una gota cayó sobre mi frente, que bien, justo a tiempo, introduje la llave en el cerrojo y abri la puerta.
-¿Hay alguien?- pregunte desde la puerta.
-¡Aquíii!- grito mi mamá desde la cocina.
-¿Mis dulces?- pregunto Sofía.
-Luego.
-¡Mami!- grito Sofía.
-¿Qué paso?- grito mi madre.
-Lola en el parque…- le tape la boca.
-Bien, bien te daré lo que quieras- le susurre –pero no le digas-. Le quite la mano de la boca.
-¿Lola en el parque qué?- salió mi madre quitándose los guantes de cocina.
-Nada mami- le sonreí –en el parque… no le compre un helado a Sofía eso es todo.
-¿Eso es todo?

-Sí mami- la pequeña sonrió con malicia y se fue saltando. Cada vez entendía menos a mi propia hermana.

sábado, 14 de junio de 2014

Capítulo LXVIII

-Hola- me saludo. Ese simple hola acelero mi pulso, tanto como lo hacia Mateo. –¿Cómo estas?
Bien… o al menos eso creía, su presencia me había helado, no lo había visto desde hace casi una semana, desde aquella vez que me beso en un antro y luego se fue sin decir nada.
-¿Lola estas ahí?- movió su mano frente a mi rostro.
-Sí… sí.
-Muy bien…- hubo silencio. –Yo… sólo quería hablar contigo, quería saber… ¿por qué no quieres hablar conmigo?
Me sentía altamente nerviosa, trataba de no mostrarlo, pero sentía como la sangre de todo mi cuerpo iba directo a mis mejillas.
-No creo que haya de que hablar…
-Si que hay- ahora él era quien se ponía helado. –La vez… pasada… la vez de mi cumpleaños.
-Sobre ese día no…
-Espera- me interrumpió. –Quiero pedirte perdón- claro por eso espera hasta ahora –fui muy grosero.
-¿Por eso me dejaste plantada la ultima vez?- me mordí el labio para no llorar –¿por qué te querías disculpar?
-Lo de la noche pasada, fue grosero, pero lo del sábado…- se quedo callado.
-¿El sábado qué?
-El sábado hubo un… lo siento, es personal.
-También esto- me voltee y camine en otra dirección, me quería ir a casa, fui por Sofía quien parecía no darse cuenta de la situación mientras jugaba en una resbaladilla, extraño tener esa edad y no tener esta clase de conflictos.
-Espera- Danniel me detuvo, me tomo por el brazo.
-Ya hablaste- dije secamente –no creo que haya más de que hablar.
-Pero Lola…
-Pero nada- interrumpí. –Por un momento creí que te importaba, por un momento creí que tendría una oportunidad con… con… contigo- no podía creer que estuviera diciendo eso. Tome una bocanada de aire y seguí: -Estoy cansada, de vivir así, de esperar a ser notada por alguien que apenas sabe mi nombre, cansada de los chicos que obtienen lo que quieren por ser “bonitos”, ese beso fue todo y nada para mi, me gusto y me destruyo al mismo tiempo…- me tomo por la cintura y presiono sus labios contra los míos.
No podía creer que Danniel, otra vez me estuviera besando, esta vez en sus cinco sentidos. Sus labios eran suaves, incluso más suaves que los de Mateo, mi pulso se acelero igual que la ultima vez, pero algo era distinto, esta vez era de verdad, no sentía lo mismo que con el beso de Mateo, este era distinto, me hacia sentir distinta.
-Cristo… redentor- estaba pasmada. No podía creer que hubiera besado a Danniel de nuevo… o mas bien que Danniel me hubiera besado de nuevo.
-Perdón… no sabia…- Danniel también estaba como en shock. –En esquina del cielo a las 6, ahí hablaremos- salió corriendo, sin nada más que decir, dos chicos habían salido huyendo en menos de una hora, wow estaba rompiendo record.

Me quede ahí parada, mirando hacia donde Danniel había salido corriendo, no lo asimilaba, Danniel me había besado… otra vez.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?