-Hola- me
saludo. Ese simple hola acelero mi pulso, tanto como lo hacia Mateo. –¿Cómo
estas?
Bien… o
al menos eso creía, su presencia me había helado, no lo había visto desde hace
casi una semana, desde aquella vez que me beso en un antro y luego se fue sin
decir nada.
-¿Lola
estas ahí?- movió su mano frente a mi rostro.
-Sí… sí.
-Muy
bien…- hubo silencio. –Yo… sólo quería hablar contigo, quería saber… ¿por qué
no quieres hablar conmigo?
Me sentía
altamente nerviosa, trataba de no mostrarlo, pero sentía como la sangre de todo
mi cuerpo iba directo a mis mejillas.
-No creo
que haya de que hablar…
-Si que
hay- ahora él era quien se ponía helado. –La vez… pasada… la vez de mi
cumpleaños.
-Sobre
ese día no…
-Espera-
me interrumpió. –Quiero pedirte perdón- claro por eso espera hasta ahora –fui
muy grosero.
-¿Por eso
me dejaste plantada la ultima vez?- me mordí el labio para no llorar –¿por qué
te querías disculpar?
-Lo de la
noche pasada, fue grosero, pero lo del sábado…- se quedo callado.
-¿El
sábado qué?
-El
sábado hubo un… lo siento, es personal.
-También
esto- me voltee y camine en otra dirección, me quería ir a casa, fui por Sofía
quien parecía no darse cuenta de la situación mientras jugaba en una
resbaladilla, extraño tener esa edad y no tener esta clase de conflictos.
-Espera-
Danniel me detuvo, me tomo por el brazo.
-Ya
hablaste- dije secamente –no creo que haya más de que hablar.
-Pero
Lola…
-Pero nada-
interrumpí. –Por un momento creí que te importaba, por un momento creí que
tendría una oportunidad con… con… contigo- no podía creer que estuviera
diciendo eso. Tome una bocanada de aire y seguí: -Estoy cansada, de vivir así,
de esperar a ser notada por alguien que apenas sabe mi nombre, cansada de los
chicos que obtienen lo que quieren por ser “bonitos”, ese beso fue todo y nada
para mi, me gusto y me destruyo al mismo tiempo…- me tomo por la cintura y
presiono sus labios contra los míos.
No podía
creer que Danniel, otra vez me estuviera besando, esta vez en sus cinco
sentidos. Sus labios eran suaves, incluso más suaves que los de Mateo, mi pulso
se acelero igual que la ultima vez, pero algo era distinto, esta vez era de
verdad, no sentía lo mismo que con el beso de Mateo, este era distinto, me
hacia sentir distinta.
-Cristo…
redentor- estaba pasmada. No podía creer que hubiera besado a Danniel de nuevo…
o mas bien que Danniel me hubiera besado de nuevo.
-Perdón…
no sabia…- Danniel también estaba como en shock. –En esquina del cielo a las 6,
ahí hablaremos- salió corriendo, sin nada más que decir, dos chicos habían
salido huyendo en menos de una hora, wow estaba rompiendo record.
Me quede
ahí parada, mirando hacia donde Danniel había salido corriendo, no lo
asimilaba, Danniel me había besado… otra vez.
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