Mateo nos
compro un helado a ambas y uno para él.
-No
tenias que hacerlo.
-Lo sé- sonrió.
–Pero quería- y lamió su helado.
Nos
sentamos en otra banca, para poder observar a mi hermana.
-Así que
hoy eres niñera- dijo.
Mateo comía
animosamente su helado.
-Sí- no
sabia que decir, después del beso fue raro,
-Yo…-
dijimos al mismo tiempo.
Voltee al
otro lado para evitar que me viera sonrojada. Mateo soltó una risa nerviosa,
finalmente soltó un suspiro y dijo:
-Lo que
paso ayer…- hizo una pausa y voltee para verlo. -… me quiero disculpar… yo…
estuvo mal.
-No te
preocupes- estaba nerviosa, no quería decir algo mal. –No besas tan mal, no hay
porque disculparse- demonios.
Mateo soltó
otra risita.
-Eso me
hace sentir mejor- sonrió. –Entonces... ¿Qué somos?
-Amigos-
dije secamente. –No quiero que te ofendas, pero no puedo dar otro paso… no sin
conocerte.
-Okay-
dijo sin ningún tono perceptible. –Esta bien- sonaba a decepción.
Hubo
silencio, un silencio incomodo, de esos que acumulan la tensión en el aire tanto
que podrías cortar el aire con un cuchillo para mantequilla.
Incline
la cabeza y solté un suspiro casi imperceptible, le gustaba a Mateo, buen día
para que mi mejor amiga se pierda con su novio, un día antes de irse a una
cueva con fanáticos religiosos y doble moralistas.
Levante
la cabeza y dije:
-Mateo,
espero que… ¡Mateo, te esta sangrando mucho la nariz!- me alarme.
-¿En
serio?- puso su dedo índice sobre el labio. –¡Demonios!- se levanto un poco
molesto –lo siento Lola, me tengo que ir- y sin más salió corriendo como si su
vida dependiera de ello.
Me
levante de la banca, estaba desconcertada no entendía el por qué de su reacción
ante una hemorragia nasal.
Mi mente
quedo en blanco, estaba confundida, ¿qué tal si su reacción solo fue así porque
lo acababa de mandar al friend zone?, solté un suspiro.
Una mano
toco mi hombro derecho, me alarme y voltee rápidamente, era él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario