Los fines de semana en vacaciones
dejan de ser especiales (menos el domingo, el domingo es aburrido aun en
vacaciones), porque técnicamente todos los días son sábado.
Menos cuando tengo que decidir con
quien me debo quedar… o salir.
Nueve de la mañana y no me sentía
con ganas de salir de la cama, realmente no me sentía con ganas de nada. Sólo
quería quedarme en cama todo el día, sentir las sabanas cubriéndome y mi cabeza
en la almohada, era todo lo que quería en ese día.
Mi teléfono comenzó a sonar, me metí
entre las sabanas, como si eso evitara que el sonido penetrara hasta mis oídos,
como si eso evitara que en algún momento fuera a ver aquel mensaje.
Saqué la mano de entre las sabanas,
tome el celular, tirando quien sabe que cosas del buro. Dentro de las sabanas,
abrí el mensaje, parando el insistente sonido.
Danniel: “Hey!, qué decidiste?,
saldremos más tarde? No me has contestado.”
Mi corazón se había acelerado, de
pronto me sentí incomoda. Salí de las sabanas tratando de atrapar el aire que
se me empezaba a escapar, que de la nada se me iba como el agua en las manos.
Sin darme cuenta, lo que había
estado esperando desde hace tiempo, estaba pasando, y ahora tenia que elegir
¿con melón o con sandía?
Tenia que elegir, pero no quería,
esto debería ser más fácil, debería poder unirlos a los dos.
Valeria salía del retiro aquel
insípido domingo, necesitaba el consejo de alguien…
Busque el número de Demian. Comenzó
a sonar, tres sonidos y Demian había contestado:
-Bueno- dijo aun adormilado. –Lola todavía
es muy temprano.
-Son las nueve de la mañana, no es
tan temprano- resalte.
-Pero es domingo- contestó.
Dio un largo bostezo.
-No sé porque, pero tengo el
presentimiento, de que me hablaras de tus problemas con chicos.
-Brujo.
-Prefiero el termino, “te conozco
desde hace siete años”- dijo –a ver cuéntame, ¿ahora qué pasó?
-Pues, Danniel me esta preguntando
si saldremos hoy- hice una pausa y tome aire –pero, tampoco sé si quiero ir con
Mateo.
-¿Por qué no vas con ambos?
-No quiero convertir la situación en
una de esas películas, donde la protagonista esta veinte minutos con sus dos
pretendientes.
-Me refiero a que lleves a Danniel a
la fiesta.
-Oh- no sé porque no lo había
considerado, no era tan mala idea… tan mala. –Eso es una buena idea, por eso tú
eres el cerebro del grupo, si vamos los cinco, será más cómodo.
-Espera, ¿cómo que si vamos los
cinco?, espero te refieras a ti, Danniel y sus amigos imaginarios.
-No, tú sabes a quienes me refiero.
-Lola, ya me llevaron a la perdición
una vez, ¿recuerdas que terminaste desmayada verdad?
-La vez pasada tú querías ir, además
eres mi mejor amigo, y los amigos se apoyan y…
-Ya, ya, sí voy- me interrumpió.
-Gracias.
-Me deberás un favor, uno enorme,
Lola Ferro.