sábado, 22 de noviembre de 2014

Capítulo LXXXVI:

Los fines de semana en vacaciones dejan de ser especiales (menos el domingo, el domingo es aburrido aun en vacaciones), porque técnicamente todos los días son sábado.
Menos cuando tengo que decidir con quien me debo quedar… o salir.
Nueve de la mañana y no me sentía con ganas de salir de la cama, realmente no me sentía con ganas de nada. Sólo quería quedarme en cama todo el día, sentir las sabanas cubriéndome y mi cabeza en la almohada, era todo lo que quería en ese día.
Mi teléfono comenzó a sonar, me metí entre las sabanas, como si eso evitara que el sonido penetrara hasta mis oídos, como si eso evitara que en algún momento fuera a ver aquel mensaje.
Saqué la mano de entre las sabanas, tome el celular, tirando quien sabe que cosas del buro. Dentro de las sabanas, abrí el mensaje, parando el insistente sonido.
Danniel: “Hey!, qué decidiste?, saldremos más tarde? No me has contestado.”
Mi corazón se había acelerado, de pronto me sentí incomoda. Salí de las sabanas tratando de atrapar el aire que se me empezaba a escapar, que de la nada se me iba como el agua en las manos.
Sin darme cuenta, lo que había estado esperando desde hace tiempo, estaba pasando, y ahora tenia que elegir ¿con melón o con sandía?
Tenia que elegir, pero no quería, esto debería ser más fácil, debería poder unirlos a los dos.
Valeria salía del retiro aquel insípido domingo, necesitaba el consejo de alguien…
Busque el número de Demian. Comenzó a sonar, tres sonidos y Demian había contestado:
-Bueno- dijo aun adormilado. –Lola todavía es muy temprano.
-Son las nueve de la mañana, no es tan temprano- resalte.
-Pero es domingo- contestó.
Dio un largo bostezo.
-No sé porque, pero tengo el presentimiento, de que me hablaras de tus problemas con chicos.
-Brujo.
-Prefiero el termino, “te conozco desde hace siete años”- dijo –a ver cuéntame, ¿ahora qué pasó?
-Pues, Danniel me esta preguntando si saldremos hoy- hice una pausa y tome aire –pero, tampoco sé si quiero ir con Mateo.
-¿Por qué no vas con ambos?
-No quiero convertir la situación en una de esas películas, donde la protagonista esta veinte minutos con sus dos pretendientes.
-Me refiero a que lleves a Danniel a la fiesta.
-Oh- no sé porque no lo había considerado, no era tan mala idea… tan mala. –Eso es una buena idea, por eso tú eres el cerebro del grupo, si vamos los cinco, será más cómodo.
-Espera, ¿cómo que si vamos los cinco?, espero te refieras a ti, Danniel y sus amigos imaginarios.
-No, tú sabes a quienes me refiero.
-Lola, ya me llevaron a la perdición una vez, ¿recuerdas que terminaste desmayada verdad?
-La vez pasada tú querías ir, además eres mi mejor amigo, y los amigos se apoyan y…
-Ya, ya, sí voy- me interrumpió.
-Gracias.

-Me deberás un favor, uno enorme, Lola Ferro.

sábado, 15 de noviembre de 2014

En una esquina del cielo. Parte 3: ¿Con melón o con sandía?


sábado, 8 de noviembre de 2014

Descarga la tercera parte del soundtrack

¿Qué sería de nosotros sin música?, ya esta disponible la tercera parte del soundtrack, ¡Chequen el tracklist!


Descargalo aquí: En una esquina del cielo (soundtrack pt.3) 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Capitulo LXXXV

-¿Entonces que harás?- Demian se llevo una cucharada de helado a la boca.
-¿Hacerme bolita?- respondí y me lleve una cucharada de helado a la boca.
Eran las ocho de la noche de un viernes en vacaciones, algo que para muchos significaba fiesta, para nosotros sólo quedarnos a charlar hasta tarde.
Me lleve otra cucharada de helado a la boca, era de mango, mi sabor favorito… bueno uno de ellos. Me encantaba sentirlo derritiéndose en mi boca.
-Lola- sonaba impaciente.
-Bueno, no es como que pueda pedir un deseo y hacer que se aclaren las cosas.
-Podrías esperar a las once, once- sugirió sarcásticamente –o arrancarte todas las pestañas y pedir un deseo.
-No soy Valeria y no tengo ocho años.
No era por nada, pero Valeria no era muy inteligente a los ocho años, quedo demostrado luego de un intento desesperado por conseguir una muñeca nueva, se arranco las pestañas una a una para pedir deseos.
Solté una carcajada, tan fuerte que casi me atraganto con el helado.
-¿Qué pasa?- pregunto Demian, mirándome como si fuera una desorientada mental.
-¿No recuerdas cuando Vale hizo eso?
Demian esbozo una leve sonrisa.
-Quisiera tener ocho años de nuevo- comenté –todo era más fácil.
-Cuando vas creciendo, los problemas y las responsabilidades crecen.
-Que pesimista sonó eso.
-Pero es la verdad- se llevo otra cucharada de helado a la boca. –Entonces ¿Qué harás?
-¿Con qué?
-¿Con quién saldrás Danniel o Mateo?
-No lo sé- solté un suspiro –cambiemos de tema.
-Okay.
-¿Cómo crees que le este yendo a Vale?
-Probablemente ya la amarraron a una silla- se llevo otra cucharada de helado a la boca –o ya le creció el himen- ante esto último se tapó la boca con la mano.
Abrí mucho los ojos, no creía que Demian supiera acerca de la primera vez de Valeria. Me había sorprendido.
-¿Qué?, ¿tú cómo sabes?
-Cómo, ¿tú también sabes?
-¿A ti quién te dijo?
-Sebas, supongo que a ti Valeria.
-Así es.
Ambos guardamos silencio, estábamos uno al lado del otro, en mi habitación debajo de la cama, hablando, como hacíamos siempre, sólo que esta vez, Valeria no estaba, como todas las veces anteriores.
Todo era silencioso en ese momento, tanto que casi escuchaba la respiración de ambos.
-Hay que prometer algo- rompí el silencio.
-¿Qué?
-No mencionar que conocemos el secreto, en frente del otro.
-Claro, porque sería súper normal llegar y decir “Hola Valeria ya sé que mi primo destrozo tu himen, ¿qué tal el clima?”.
Le di un golpe un brazo.
-Eres un tonto.
-Sólo estoy siendo lógico.
Ambos seguimos comiendo helado.
-¿Cómo por qué le preguntaría a Valeria de su vida sexual?
-No sé- no sabia como responder. –Tal vez, para la tarea.
-Claro, tarea en vacaciones, seguro la pregunta sería: “Explica en un ensayo de más de mil palabras las razones de porque una de tus mejores amigas fue desvirgada por tu primo”.
Estuve apunto de contestar, cuando su teléfono celular comenzó a sonar. Saco su celular y leyó lo que parecía un mensaje.

-Mis padres me esperan afuera- se levantó y me extendió la mano para que hiciera lo mismo. –Bueno Lola, me voy- me dio un beso en la mejilla y se fue.

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Datos personales

Mi foto
En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?