-¿Pasa algo?- preguntó mi padre al
notar que me quedaba callada –te encanta esa canción, ¿por qué paras?, ¿dice
algo malo el mensaje?
Mejor dicho los mensajes.
-Ah…- balbuceé –solo son
promociones- disimule una sonrisa.
-¿Y por qué dejas de cantar?
-Yo… sólo olvide la letra…- hice un
ademan con las manos. –Tú sabes, tiene mucho que no escucho la canción.
Genial, vaya, me sentía como
protagonista de telenovela barata, una donde la protagonista tiene dos
pretendientes, resulta que sus padres no son sus padres y es hija de una
familia súper ultra mega millonaria…
-Papá, ¿soy adoptada?
-¿Qué?
-Sí, tú sabes, ¿en el hospital no me
regalaron con ustedes o no me recogieron de un orfanato?
-Lola, que preguntas son esas, claro
que eres nuestra hija, tenemos video del parto para demostrarlo
-Ohh- demonios.
-¿Por qué?
-Curiosidad.
La decepción se apodero de mi, solo
un poco, no era algo que no pudiera superar.
Después de estar atorada media hora
en el trafico, llegamos a casa, mamá no estaba, había llevado a Sofía a un
cumpleaños, a veces consideraba que incluso mi hermana tenia más vida social y
amigos que yo.
Subí corriendo a mi habitación, no
escuche ni siquiera lo que dijo mi papá al llegar, me aventé a la cama, mi
cabeza era un lío, tome mi celular solo había una respuesta para todo esto,
Valeria.
Llame a Valeria, después de que
sonara un rato, y me mandara al buzón de voz… 6 veces, me rendí, ¿qué podría
estar haciendo Valeria?
Plan b, llamar a Demian, me senté al
borde de la cama y seleccione su contacto, llame… 3 veces. ¿¡Qué pasa con
todos?!
Me tire de espaldas a la cama, pase
mis manos sobre la cama, arrugando las sabanas y cerré los ojos, quería gritar,
estaba sola con algo así, me reincorpore, arregle mi pelo y solté un suspiro,
tome de nuevo el celular y realice una llamada más.
-¿Hola?- dijo un voz extrañada al otro
lado del teléfono.
-Hola- estaba nerviosa. –Calla y
escucha. Recibí dos mensajes hace aproximadamente media hora, uno es del chico
que me gusta desde hace mucho tiempo pero que me dejo plantada, el otro, es el
chico más lindo que he conocido, pero aun me gusta el otro-. Hice una pausa
para recuperar el aliento. –¿Y bien, que hago?
-¿Por qué me llamas a mi?
-Porque ni Demian, ni tu novia
contestan, tú eres mi ultima opción.
-Ok…- hubo silencio en la línea. Tal
vez estuviera pensando que soy desquiciada o una psicópata o ambas, yo lo
haría. –¿Qué dicen los mensajes?
Gracias a Dios no colgó, no estaba
tan mal… creo.
-El de Mateo es una invitación para
salir mañana, veras hubo un perca…
-Sí, lo sé, Vale me platico-
chismosa –pero ¿Cuál es el problema?
-Que Danniel también me quiere ver…
quiere hablar.
-¿En serio quieres mi consejo?
-Sí, por eso te estaba llamando.
-Primero llamaste a mi primo y a mi
novia, no sé si de verdad te interese mi opinión.
-De hecho primero fue a tu novia y
luego a tu primo…- demonios. –El caso es que eres de mi confianza, no te
estaría llamando si no fuera una emergencia de verdad.
-Bueno- suspiró. –Si de verdad
quieres mi opinión, yo me quedaría con Mateo, hasta ahora ha sido atento, te
beso en sus cinco sentidos y te invito a salir.
-Creo que tienes razón.
-No lo creas, la tengo.
Que modesto.
-Gracias, por escucharme.
-De nada para eso están los amigos-
la llamada termino y solté un suspiro.
¿Amigos?, nunca había escuchado a
Sebastián, decir que éramos amigos, era raro, considerando que desde los siete
no tengo más amigos que Demian y Valeria, las personas que considere amigos
hace un año me traicionaron.
Cerré los ojos, suspire una vez más,
me arregle el pelo y me decidí, conteste ambos mensajes esperando hacer lo
mejor.