Cuando
Valeria me alcanzo, nos decidimos por empezar con la tienda de zapatos, el
asunto de gastar dinero me empezaba a gustar. Teníamos suerte la tienda tenia
ofertas y no había mucha gente.
Entramos
a una tienda con paredes decoradas y comenzamos a husmear. No era una fanática
de los zapatos altos, pero vi unos que me encantaron. (Al diablo lo que pensaba,
ya había traicionado mucho a mi moral, ¿por qué no otra vez?)
-… se te verían
bien bonis, unos en moradis o azulis- una voz muy familiar demasiado cerca.
Eran las
bochos, nadie podía hablar más “ridiculis”.
-No puede
ser- susurro Valeria, que se encontraba al lado de mí.
-Millones
de años de evolución para llegar al moradis- solté un suspiro. –Sólo ignóralas.
Pero eso
obviamente fue imposible.
-Miren
quien esta aquí- comenzó Laura, ahora con un rojo (menstruación) intenso, al
igual que su sequito –la zorrita y la solterona.
-Ha
hablado la monja- solté. –¿Qué les paso en la cabeza? ¿Al fin comenzaron a
pensar y su cerebro comenzó a menstruar por el esfuerzo?
-Tal vez
se esforzaron mucho pensando donde estaba la veterinaria- agrego Valeria.
-¿Por qué?
¿te sientes mal?- pregunto Marla, de las bochos la menos virgen (Claro después
de Laura).
-Claro,
cada que las veo- conteste.
-O más
bien cuando las medio vemos, tu sabes, sus frentes ocupan casi todo el espacio
visual- comento, Valeria y comenzamos a reír.
-Son
unas…- Laura dio un paso al frente.
-¿Unas
que?- Valeria dio un paso al frente también.
-Unas
taradas.
-Lo dice
la que dice “bonis”.
-Ahora
si…- parecía que iban a empezar a pelear.
Me puse
en medio y evite que comenzaran los golpes.
-Pueden
tranquilizarse, estamos en público.
-Sí, la
ñoña tiene razón- soltó Vanessa, que al fin había dicho algo inteligente.
–Sigamos con las compris.
-Esta
bien- Laura se alejo y se arreglo el pelo –vamos.
Valeria soltó
un suspiro, las bochos siguieron dando vueltas por la tienda.
Encontré
unas sandalias increíbles y me apresure a tomarlas, sin embargo, también había
otras manos sobre ellas, era Laura.
-Suéltalas
babosa- me dijo.
-Estas
tontis- dije en forma burlona –además yo los tome primero.
-¿Y?-
levanto una ceja y soltó una risita burlona –se verían mejor en mi.
-Claro,
¿sabes qué se te vería aun mejor?, un cerebro nuevo.
-¡Suéltalos!
-No seria
lo primero que me quitas.
-Beto me
quiere más a mi.
-Quédatelo,
es más te lo doy con las vacunas.
Laura me
dio un empujón, al cual respondí con uno más fuerte, que la hizo caer.
-Eres
una…- y se abalanzo a mi pelo.
Después
de zafarme, le di una bofetada. Así es Lola, se descontrolaba una vez más, y
cuando menos me di cuenta, estábamos tiradas en el suelo peleando como
animales.
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