sábado, 12 de abril de 2014

Capítulo LXIII

Cuando Valeria me alcanzo, nos decidimos por empezar con la tienda de zapatos, el asunto de gastar dinero me empezaba a gustar. Teníamos suerte la tienda tenia ofertas y no había mucha gente.
Entramos a una tienda con paredes decoradas y comenzamos a husmear. No era una fanática de los zapatos altos, pero vi unos que me encantaron. (Al diablo lo que pensaba, ya había traicionado mucho a mi moral, ¿por qué no otra vez?)
-… se te verían bien bonis, unos en moradis o azulis- una voz muy familiar demasiado cerca.
Eran las bochos, nadie podía hablar más “ridiculis”.
-No puede ser- susurro Valeria, que se encontraba al lado de mí.
-Millones de años de evolución para llegar al moradis- solté un suspiro. –Sólo ignóralas.
Pero eso obviamente fue imposible.
-Miren quien esta aquí- comenzó Laura, ahora con un rojo (menstruación) intenso, al igual que su sequito –la zorrita y la solterona.
-Ha hablado la monja- solté. –¿Qué les paso en la cabeza? ¿Al fin comenzaron a pensar y su cerebro comenzó a menstruar por el esfuerzo?
-Tal vez se esforzaron mucho pensando donde estaba la veterinaria- agrego Valeria.
-¿Por qué? ¿te sientes mal?- pregunto Marla, de las bochos la menos virgen (Claro después de Laura).
-Claro, cada que las veo- conteste.
-O más bien cuando las medio vemos, tu sabes, sus frentes ocupan casi todo el espacio visual- comento, Valeria y comenzamos a reír.
-Son unas…- Laura dio un paso al frente.
-¿Unas que?- Valeria dio un paso al frente también.
-Unas taradas.
-Lo dice la que dice “bonis”.
-Ahora si…- parecía que iban a empezar a pelear.
Me puse en medio y evite que comenzaran los golpes.
-Pueden tranquilizarse, estamos en público.
-Sí, la ñoña tiene razón- soltó Vanessa, que al fin había dicho algo inteligente. –Sigamos con las compris.
-Esta bien- Laura se alejo y se arreglo el pelo –vamos.
Valeria soltó un suspiro, las bochos siguieron dando vueltas por la tienda.
Encontré unas sandalias increíbles y me apresure a tomarlas, sin embargo, también había otras manos sobre ellas, era Laura.
-Suéltalas babosa- me dijo.
-Estas tontis- dije en forma burlona –además yo los tome primero.
-¿Y?- levanto una ceja y soltó una risita burlona –se verían mejor en mi.
-Claro, ¿sabes qué se te vería aun mejor?, un cerebro nuevo.
-¡Suéltalos!
-No seria lo primero que me quitas.
-Beto me quiere más a mi.
-Quédatelo, es más te lo doy con las vacunas.
Laura me dio un empujón, al cual respondí con uno más fuerte, que la hizo caer.
-Eres una…- y se abalanzo a mi pelo.

Después de zafarme, le di una bofetada. Así es Lola, se descontrolaba una vez más, y cuando menos me di cuenta, estábamos tiradas en el suelo peleando como animales.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?