sábado, 11 de mayo de 2013

Capítulo XIX

-Ah sí, ya la conocía- dijo Sebastián, yo lo vi con algo de incertidumbre. –Digo, del café y Vale me ha contado un montón de ti, igual Demian, también me hablaba un monton de Vale, el nos presento. Oh por cierto te agregue en Facebook.
-¿Ah sí?- intenté disimular que ya sabía –no he revisado mi Facebook.
-Oh ok- dijo Sebastián –espero me aceptes. Por cierto Demian las traes, es que tengo algo de prisa- pregunto este.
Demian asintió con la cabeza, y le entrego unas llaves.
¡Unas llaves! Vinimos a esto por unas llaves y claro ver a Sebastián, la razón de la discusión con mi mejor amiga y claro, la razón por la que me sentía traicionada por parte de Demian.
-Lola ¿estás ahí?- dijo este, tocándome el hombro –te volviste a perder.
-Ah… sí, ¿eh?- dije, después de regresar a la realidad, no me había dado cuenta, de que me había perdido, mirando al mismo lugar donde Danniel y yo habíamos chocado un par de días antes,  ahora en ese mismo lugar estaban unos niños de no más de ocho años jugando, con lo que al parecer eran burbujas. –Me perdí pensando en que Sebastián es tu primo y Valeria mi mejor amiga- dije, con cierto enfado, mirando a Demian mientras este trataba de desviar la mirada. -¡Y ninguno me dijo nada!
-Lola, ya te lo dije, ¿Cuántas veces más te lo tengo que decir para que entiendas?- dijo este, mientras se acomodaba los lentes, un signo de que perdía la paciencia –yo no te lo tenía que decir, era Vale, además como ya te lo había dicho pensé que ya sabias.
-Sí, pero igual, tampoco me contaste que tenias un primo llamado Sebastián y menos que se lo habías presentado a Vale.
-Te contare la historia- dijo Demian, mirando una de las bancas y haciendo un gesto hacia ella, pronto entendí y sin decir mucho nos fuimos a sentar.
-Así que…- dije, con algo de impaciencia –empieza.
-Bueno…- empezó a decir él, titubeante –veras…
De pronto, un sonido proveniente del bolsillo nos interrumpió, sin tan siquiera dejar que Demian dijera alguna palabra, era su celular. Se levanto y contesto la llamada, yo saque mi celular de mi bolsillo, recordando que lo había apagado, para no tener que enfrentar a Valeria. Pronto también sonó mi celular, una pila de mensajes apareció en mi pantalla de inicio, todos provenientes de mis padres leí uno que decía: “Lola Ferro del Valle ¿dónde esta señorita?, te hemos estado llamando pero no contestas el celular ¿para eso lo quieres?, es el quinto mensaje que te enviamos”. Vaya eso quería decir que tenía problemas, no todos los días me llamaban por mi nombre completo, conteste el mensaje, con algo que apaciguara las cosas, por lo visto era hora de irme, y por lo que podía ver Demian también tenia que irse.
-Lola, me gustaría contarte todo pero…- dijo, mientras yo me levante interrumpiéndolo.
-Demian está bien- dije –igual yo también me tengo que ir, pero que te parece, si te mando mensaje más tarde para ver si estas disponible y me cuentas todo por skype, ¿vale?
-Me parece bien.
-Bueno me voy- dije, despidiéndome levantando la mano –te daría un beso pero tú sabes, gérmenes.
-Cierto- contesto él, con una sonrisa que dejo ver sus brackets –bueno, cuídate- dijo alejándose –mejórate- grito, casi al otro lado del parque.
Yo le dedique una sonrisa, el siguió caminando, no estaba muy segura de si él me vio; me dirigí a casa y a lo largo del camino no pude evitar ver que había muchas parejas felices, incluso una pareja de chicos gays besándose, y yo estaba más que sola, aunque claro era la chica que había tenido dos novios en su vida. En un momento me plantee eso de salir con un bate de plástico y golpear a cada pareja tomada de la mano o besándose.
Entre a casa, mis padres estaban sentados en el sillón, esperándome, con una expresión seria, como si fueran altas horas de la madrugada, o como si hubiera roto alguna regla.
-Bien señorita explíquese- dijo mi papá, con una expresión seria, que al momento de verla, no sabía si asustarme o reírme.
-Explicar, ¿Qué exactamente?- pregunte, divertida.
-¿Por qué no contestabas el celular?- preguntó mi papá, con un tono serio sobreactuado. De pronto se echo a reír, mi mamá también cambio su expresión, de seriedad, por una más relajada.
-Ya, en serio- mi mamá sonaba seria -¿Por qué no contestabas?
-Ahh eso, tenía el celular apagado, porque…- comencé a divagar –este… porque se me estaba acabando la batería.

Mis padres, creyeron en mi palabra y subí a mi habitación, una vez allí, le mande un mensaje a Demian esperando a que respondiera pronto.


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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?