La mañana parecía
prometedora, sin ninguna nube sobre el cielo. Demian y Valeria estaba demasiado
tranquilos esperándome, al parecer aun no pelean. Esto prometía ser un buen
día.
-Hola Lola- saludaron ambos
en coro.
-Ahora si desgraciada,
cuéntame que traes entre manos- pregunto Valeria con curiosidad.
-¿Qué te cuente qué?-
pregunto Demian, desconcertado -¿de qué me perdí?
-No seas metiche, es un mal
hábito- respondió Valeria, mientras se acomodaba el pelo en una cola. Claro que
debía hacerlo teníamos educación física, hoy vestíamos un pants azul y una
sudadera gris.
-¡Oye! No seas grosera, les
contare a ambos camino al salón de clases.
La gente se apresuraba a
entrar a sus salones las clases estaban a punto de comenzar, y nadie quería
llegar tarde a un examen, menos a un examen final. Yo me sentía casi liberada,
las vacaciones de verano se acercaban, no podía esperar la libertad.
-Suelta la sopa- Valeria
sonaba impaciente.
-Ok- comencé, mientras
arreglaba mi trenza – ¿recuerdan mi encuentro con Danniel el día de ayer?
-Cómo no recordarlo- comento
Demian. Entramos al salón y Demian seguía hablando. –Por eso estuviste toda emo
después.
-Bueno, él me debe un favor
así que se lo cobrare.
-¿Lo obligaras a ser tu
novio?- pregunto Valeria.
-¡No!
-¿Entonces?- pregunto
Valeria, Demian y ella se miraron, parecían confundidos. Creo que llegaban a
pensar que estaba desesperada, y de cierta forma lo estaba.
-Estudia arquitectura, así
que le pedí que me ayudara estudiar para mate- la expresión, cambio en sus
rostros, ahora parecían sorprendidos.
-¡Wow!- exclamo Valeria –no
sé si es patético o desesperado.
-Yo apostaría por ambos-
comento Demian.
-¡Oye!- exclame –eso es
grosero.
-Esta vez estoy de acuerdo
con Demian- dijo Valeria, dando una palmadita al chico de los lentes.
-Se nota su apoyo.
-Lola, te apoyamos corazón-
dijo Valeria, levantándose de su asiento directo al mío. –Pero ¿ya te contesto
el mensaje?, no quiero que te vuelvas a ilusionar por nada.
-Si ya contesto.
-¿Y qué dijo?- Valeria,
abrió los ojos como platos.
-Dijo… ¡que si!- confesé, un
poco o más bien bastante emocionado, pero ¿debería estarlo?, pensando que mi
último intento por llamar su atención, había resultado fatal.
-¡Qué emoción!- parecía que
Valeria iba a comenzar a dar brinquitos. –Para mostrar mi interés, y obviamente
lo buena amiga que soy, te ayudare a arreglarte, como ayer, ¿Qué dices?
-Ayer fue un desastre-
comente.
-Sí, pero hoy no, hoy será
distinto, hoy se tiene que quedar, quiera o no, ya se comprometió, y como todo
buen hombre debe de cumplir su palabra- Valeria se veía inspirada. Cada que da
un discurso así, pienso que tiene futuro en la política, no le iría nada mal.
-Está bien- me resigne
–acepto tu propuesto a la salida en mi casa.
-Oh Lola te amo- me abrazo
muy fuerte, demasiado, creí que la respiración se me iría en cualquier momento.
Nunca creí que estaría feliz, por el inicio de un examen, claro gracias eso si seguía
viva.
El examen a pesar de ser de
historia, resulto sencillo… eso creo, espero mi calificación lo demuestre, el
transcurso del día fue muy normal, demasiado soso, no había señales de que
fuera a llover, no permitiría que nada arruinara mi día. Las clases casi
terminaban, la última hora era educación física.
-¡Ya no puedo más!- Valeria
parecía a punto de desmayarse, hasta ahora habíamos corrido ya 10 vueltas, me
sorprendía que Demian se quejara menos que Valeria.
-Vamos Vale, tu puedes-
dije, intentado animarla.
-Si muero, por favor
encárgate de que nadie más ande con Sebastián- exageraba.
-Claro, el puede ser mi plan
B, si Danniel, se resiste, yo te lo cuido- me aleje, aumentando el paso, creía
que en cualquier momento se me arrojaría enzima. Valeria se acerco.
-¡Hey! Cuidado Ferro, si
tocas a mi hombre, te matare con mis propias manos- sonaba exhausta, pero
estábamos a punto de completar la onceaba vuelta.
-¿Cómo planeas hacer eso, si
estarás muerta?- el sudor escurría por su frente, también podía sentir, como el
sudor caía por mi frente.
-Muy fácil- comenzaba a
sonar aun más agotada –poseeré el cuerpo de Sofía y te cortare la garganta
mientras duermes.
El profesor daba el
silbatazo final y el timbre sonaba, indicando que las clases habían terminado.
-Cuando hablas así, me das
miedo- dije, mientras intentaba recuperar el aliento.
-Solo defiendo lo que es mío.
-¿Nos vamos?- preguntaba
Demian, quien también se veía exhausto.
Salimos de la escuela, yo me
iba a enfrentar al destino. El destino se llamaba Danniel, y yo era como Don
Quijote, claro también tenía un Sancho Panza en este caso Valeria, mi fiel
escudera.
Sorprendentemente mi padre
ya estaba esperándome afuera.
-¿Vas conmigo?- le pregunte
a Valeria.
-No, tengo que pasar a mi
casa por algunas cosas- se desataba el pelo.
-Muy bien, te veo más tarde-
les di un beso en la mejilla, y subí al auto.
En la casa todo era muy
normal, muy tranquilo la comida transcurrió normal. Decidí tomar una ducha y
poco después llego Valeria.
-Hola señores- saludo
educadamente a mis padres. Subimos a mi habitación.
-Bien Lolo, es hora de
vestirte- decía jugando con un mechón de su pelo
-¡No me digas Lolo!- reclame
–pero ya estoy vestida. Llevaba un pants gris y una playera, con el estampado
de un gato.
-Vamos con eso solo ligaras
una siesta… y tal vez niños de 10 años.
Valeria y yo fuimos directo
al closet, buscábamos ropa desacomodando todo a nuestro paso. Valeria me
probaba todo lo que veía.
Finalmente nos decidimos por
un short rosa, una playera blanca y una camisa rosa con cuadros blancos.
Abotone solo los primeros botones. Valeria saco unas sandalias, claro
necesitaba hacerme otros cambios, no tardo mucho en pintarme las uñas de los
pies del mismo morado, que llevaba en las uñas de las manos.
-Solo faltan algunos toques-
Valeria tenía una expresión divertida y siniestra.
Y así fue como empezó a
alaciar mi pelo, sentía el calor de la plancha en mi cabeza, creía que me
quemaría o arrancaría el pelo. Puso una diadema en el
-Es hora del toque final-
Valeria comenzó a poner sombra en mis ojos y rímel en mis pestañas. –Toma esto-
y me dio un brillo para los labios que sabia a fresa.
El resultado final me
gustaba, me sentía linda, esperaba que Danniel pensara lo mismo.
Salimos de casa, mis padres
no estaban tenían un compromiso, Sofía estaba en casa de una de sus amigas, no
me debía preocupar por nada, tenía la sensación de que todo sería perfecto.
Salí con mi bolso azul, llevaba mi cuaderno de matemáticas y una calculadora.
Estábamos cerca del café
solo unos pasos más.
-Bueno Lola, aquí te quedas-
dijo, estábamos en las puertas del café.
-¿Cómo?, ¿no te quedas?-
estaba confundida -¿Qué paso con eso de soy tu fan y lo del apoyo
incondicional?
-Soy tu fan- comenzó –pero
Sebastián tiene el día libre y pensaba que él, me podría ayudar a mí a
estudiar. Te llamo mas tarde para que me cuentes todo, y cuando digo todo, es
¡TODO!
Y así se fue ella, en espera
de su amado, por la dirección que tomaba seguramente la esperaría en el parque.
Entre al café esperando al destino, a Danniel… mi destino.
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