La mañana del viernes transcurría sin
complicación alguna, antes de salir de la casa con mi papá y mi hermanita, me
revise en el espejo, tenía unas ojeras horribles, ¡parecía un zombie! Pero nada
que un poco de maquillaje no pudiera cubrir.
Subí al auto y dimos paso a la escuela,
comenzaba a llover, no era extraño, eran los primeros días de verano, observaba
la lluvia caer, mientras pensaba en mi pesadilla de la noche anterior,
realmente me hubiera gustado estar en mi cama en ese mismo momento.
Al llegar a la escuela como siempre, estaban
Valeria y Demian esperándome; y como siempre peleando.
Me despedí de mi papá y mi hermana con un
beso en la mejilla. Al momento de bajar abrí el paraguas, dejando caer sólo
unas gotas sobre mi mano; me acerque a
la entrada, Valeria y Demian me recibieron con un beso cada uno, pude ver por
sus expresiones que el enojo no había disminuido en ninguno de los dos.
-Bueno y ahora ustedes dos por qué están
peleando- dije, con tono maternal.
-Pregúntale a Valeria- dijo Demian
arreglándose los lentes.
-Pasa que tu amiguito nos quito el tiempo
ayer, y no me quiere pasar la tarea- dijo Valeria en tono altanero.
-Yo no les quite el tiempo, de hecho ustedes
me pidieron que les ayudara a estudiar, no es mi responsabilidad hacer su
tarea, además Valeria cuantas veces no te he pasado tareas o trabajos a lo
largo de estos que te gusta ¿siete años?
-Mira Demian si ya no quieres pasarme la
tarea dímelo en mi cara- dijo Valeria indignada.
-Te lo estoy diciendo en tu cara Valeria-
respondió el chico de los lentes.
-Me desesperas.
-El sentimiento es mutuo.
-¡Cristo redentor!, no hay un solo día que no
puedan pelear- dije, molesta por aquella discusión y por no haber dormido
–Valeria, Demian tiene razón, bien pudiste hacer la tarea, antes o después de
vernos, él no tiene la culpa de tu irresponsabilidad, si quieres yo te la paso
pero por favor dejen de pelear.
Pronto sonó la campana, me dirigí al salón de
clases, me senté en mi lugar habitual de siempre, es decir hasta atrás en una
esquina, es el lugar favorito de los tres desde que tengo memoria, siempre nos
hemos sentado en el mismo lugar en cada salón que hemos estado.
Nos sentamos, y le preste la tarea a Valeria,
esta comenzó a copiarla a un paso apresurado. Aunque no tardo en aparecer la
profesora y comenzó su clase.
La primera hora es historia, realmente no
estaba de ánimos para hablar de La Revolución Francesa o de Cleopatra, solo
quería dormir.
-Lola, ¿Te puedo decir algo?- decía Danniel
sonriendo.
-Claro- conteste con una sonrisa no tan
bonita como la suya.
-Te amo.
De pronto ambos nuestras caras estaban
juntas, podía sentir su respiración, el acercaba su cara cada vez más, hasta
que por fin llego a mis labios fundiéndonos en un beso.
-¡Lola Ferro del Valle!- grito un voz.
De pronto me levante de un salto, vi que la
persona que acababa de gritar es ni más ni menos, que la profesora de Historia,
Gertrudis; o como muchos la llamamos “Gerbrutis”.
La bruja… la maestra más estricta y mala de
todo el colegio, una señora bajita, de cabello blanco y con lentes, con muchos
años, podríamos apostar que ella estuvo en el nacimiento de Jesucristo.
-¿Qué cree que hace señorita?, esta es una
institución seria venimos a aprender no a dormir- dijo mientras parecía que me
iba a matar con la mirada.
-Disculpe profesora, no fue mi intensión, no
tuve una buena noche.
-A mí, no me importa lo que hace, o lo que no
hace que no se repita, o tendrá problemas ¿Escucho bien señorita Ferro?- dijo
con tono desafiante –además usted no es un genio exactamente en historia, así
que necesitara mucha ayuda para pasar mi materia.
Me molestaba como la bru.. profesora te
humillaba en público. En ese momento sólo deseaba estar en los brazos de
Danniel, es decir en mi cama.
Me tenia que concentrar, ¿en que estaba
pensando? Por Dios eso ya no era sano.
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