sábado, 17 de enero de 2015

Capítulo LXXXIX

Llegamos al café, en la entrada estaba Danniel, radiante como siempre, con su cabello rubio y sus ojos que me derretían, vestía una camisa azul marino, con un sierre en el cuello y unos jeans, muy casual, pero de todas formas, me encantaba.
-Hola- dije y le di un beso en la mejilla.
-Hola- dijo con un sonrisa.
-Traje a unos amigos, espero no te importe- comenté.
-Ah… no- su expresión cambio, no parecía tan feliz ahora.
-Bueno los presento- tomé de la mano a Demian y a Valeria. –Danniel ella es Valeria- ambos se saludaron. –Y el es Demian.
Danniel les dio un apretón amistoso.
-Bien- hizo una pausa. –¿Nos vamos?
-Nos vamos- contestó Sebastián, que llego por detrás de Danniel.
-¿Quién eres tú?- preguntó Danniel.
-Sebastián, un gusto- extendió la mano hacia Danniel, este lo miro con desconcierto, y acepto el amistoso gesto de Sebas.
-¡Coso!- gritó Valeria, que se abalanzó a los brazos de Sebastián.
-¿Coso?- mire a Demian como preguntando “¿qué?”, este tenia la misma cara  de haber perdido la fe en la humanidad.
Regresé mi mirada a Danniel, parecía no entender nada. Di un paso al frente para acercarme a Danniel.
-¿Qué pasa?- pregunté al chico.
-Nada… nada- exhalo.
Ninguno de los dijo nada y a pesar del ruido que había a nuestro alrededor, parecía que sólo éramos él y yo, todo era silencio, nada parecía poder romper esa perfecta armonía que habíamos creado. Hasta que finalmente dijo:
-¿Nos vamos?
-Eh… este… ¡Sí!- reaccione, saliendo de mi pequeño trance.
-Ok- contestó un Danniel cada vez más incomodo.
Separe a Sebastián y Valeria que estaban cada vez más melosos. Decidieron ir en la motocicleta de Sebastián, así que sólo seriamos Demian y yo en el auto con Danniel. Yo me senté al frente con Danniel y Demian se fue a la parte trasera.
Una vez los tres arriba, Danniel puso en marcha el vehículo, baje un poco la ventanilla para sentir el viento y cerré los ojos un momento. Una canción de Nelly Furtado comenzó a sonar, mire en el estéreo “Hey man!” era la canción.
-Así que Nelly Furtado…- intenté sacar tema de conversación.
-Oh sí- contesto con una sonrisa –es mi cantante favorita.
-Creo que ya nadie la escucha- comento Demian.
En ese momento sólo quise abrir la puerta del auto y arrojar a Demian a la carretera.
-Yo creo que es muy buena, me gustan algunas de sus canciones- añadí.
Hicimos silencio, dejando sólo a la música y al ruido del trafico.
Las calles comenzaron a parecerme conocidas, como si ya hubiera estado en este lugar antes. Y así era, estábamos frente al fumadero, fuera de el ya nos esperaban Valeria y Sebastián.

-¿Debería proteger mi cartera?- preguntó Demian.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?