Valeria
se quito el short, dejando descubierto su bikini, al igual que la parte
superior era azul, corrió hacia Sebastián, quien comía una papa frita, lo
persiguió por el lugar hasta que lo arrojo al agua, Sebastián le jalo una mano
y la tiro dentro del agua, Demian se mantuvo en una silla, viéndolos sin
expresión alguna. Mateo, los imito y se zambulló, su melena castaña húmeda relucía
cuando saco la cabeza del agua, por alguna razón su sonrisa me cautivaba aun
más.
-Ven-
grito, al parecer se dirigía a mí.
-Esta
fría- conteste divertida.
-Anda- me
animo –no sabrás hasta que no te metas.
Me
acerque a la orilla, metí un pie para comprobar la temperatura del agua, al
notar que estaba extremadamente fría lo retire en seguida, pero una mano me
jalo, causando que me sumergiera en el agua, fue Valeria, debí haberlo
imaginado.
Por un
momento creí que me ahogaría, pero salí a flote, tome una gran bocanada de aire
y abrí los ojos, cerca de mí, estaba Mateo que se acercaba a mí, yo comencé a
tiritar, no sabía si de frio o la presencia de Mateo me ponía así.
-¿Frio?-
pregunto con una sonrisa de lado, sus ojos se veían más brillantes, su hermoso
color miel se intensificaba. ¿De verdad me comenzaba a gustar?
-Algo…-
se estaba acercando, note que me ponía nerviosa.
-Puedo
ayudar… digo si tu quieres- su tono me puso aun más nerviosa, no sé a qué se
refería con eso de ayudar, bien podría ser un consejo o bien… podría violarme y
tirar mi cuerpo sin vida en un rio.
-Está
bien- dije nerviosa.
Entonces
se acerco y me abrazo, un abrazo cálido a pesar de la temperatura del agua, me
miro a los ojos y lanzo una sonrisa que me mataba (nuevamente), note que el calor
invadía mi rostro, me estaba sonrojando.
-¿Mejor?-
pregunto.
-Mejor-
conteste, casi ida.
Iba a
decir algo, lo note, pero se vio interrumpido por Sebastián animando a Demian a
entrar.
-Vamos
entra- gritaba el chico de los risos caídos, su pelo rizado se veía casi lacio
con el pelo húmedo.
-No
gracias, prefiero solo ver- contesto Demian con tono imperceptible.
-No seas
amargado y ven.
-No.
-Bueno no
me dejas alternativa.
Sebastián
y Valeria salieron de la piscina, tomaron a Demian de un brazo cada uno, este
intento forcejear, pero no pudo contra esos dos, lo lanzaron contra su voluntad
a la piscina, este se tuvo que quitar su playera, mostrando su cuerpo, algo que
por el tiempo de conocerlo sabia que le incomodaba.
Paso el
rato, Demian no parecía incomodo, se estaba llevando bien con Mateo, evitando
hacer mal tercio con Valeria y Sebastián. Estábamos pasando un rato excelente,
aunque de la nada, apareció la imagen de Danniel en mi mente, de la nada solté
un suspiro, ¿Por qué su imagen me acechaba?
Valeria
no tardo en comenzar a preparar bebidas alcohólicas acompañadas de botanas, el
cielo azul pronto se convirtió en gris, las nubes, cubrieron el sol, una fina
lluvia comenzó a descender.
-Creo que
deberíamos salir- dijo Demian.
-¿Por
qué?- pregunto Valeria. –Ya estamos mojados.
-Eso es…
un buen punto- el chico siguió nadando.
-¿No te
regañaran, por beber alcohol?- pregunto Sebastián que se encontraba muy cerca
de mí.
-No creo que se enteren- suspire, -pero igual,
siento que estoy abofeteando todas mis creencias- últimamente lo hacia mucho.
-Vamos,
salir un poco de la rutina no hiere a nadie.
Se
equivoca, salir de la rutina puede herir a la gente, me hirió a mí.
-Si te
contara…- susurre, un susurro casi imperceptible, tanto que posiblemente no lo
escucho.
-¿Si me
contaras qué?- o tal vez sí.
-Nada,
nada, olvídalo, estaba pensando en voz alta.
El resto
de la tarde fue tranquilo, Valeria y Sebastián fueron los primeros en irse,
Valeria se veía un poco ebria, no completamente, pero el alcohol la estaba
afectando, Mateo y yo nos quedamos un rato más, para ayudar a Demian a limpiar.
-Gracias
por quedarse- dijo Demian mientras cerraba una bolsa negra de basura.
-De nada-
le dedique una sonrisa. –Pero, nos tenemos que ir, gracias por invitarnos-
invitarme, técnicamente Mateo era un gorrón.
Le di un
beso en la mejilla, Mateo se despidió de Demian con un apretón de manos. Al
salir de la casa de Demian la lluvia parecía intensificarse, entramos a la
seguridad de la camioneta de Mateo, el trayecto fue tranquilo, hablamos de cómo
mis amigos y él se habían llevado bien, al llegar a casa la lluvia se había se
había convertido en una fina brizna, que caía lentamente, baje de la camioneta,
logrando que algunas gotas cayeran sobre mí.
-Gracias
por la invitación- dijo Mateo desde su asiento.
-De nada-
le dedique una sonrisa –bueno, nos vemos mañana- entre de nuevo, le di un beso
en la mejilla y cerré la puerta de un portazo.
Mi tarde
resulto tranquila, nada más que hacer que ver películas, “Crepúsculo” y una
película de terror, que realmente no me dio miedo. Cuando me había dado cuenta,
ya eran las diez de la noche, aun tenia sueño, era temprano… y en vacaciones.
Gracias a
mi notoria falta de sueño, tome mi laptop y me dispuse a perder el tiempo en
internet, lo primero que hice fue entrar en skype, no había nadie conectado…
pff. Entre a Facebook, esperando encontrar algo interesante, estuve vagando por
perfiles de amigos alrededor de 10 minutos, hasta que la ventana del chat me
sorprendió, con un “Hola” y todo en ese día cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario