sábado, 9 de mayo de 2015

Capitulo CI

Tres vestidos y sólo media hora para elegir y Valeria no estaba para ayudarme, estaba indecisa, tenía que elegir entre un vestido azul marino con flores, un vestido rayado con falda blanca y finalmente un vestido totalmente blanco con holanes.
Pase mi mano por los tres vestidos, sentí la tela con ambas manos.
-Bien- dije en voz alta –será cosa del destino.
Cubrí mis ojos con mi mano izquierda e hice lo que cualquier persona en esta situación hubiera hecho, comencé a mover la mano señalando los tres vestidos, mientras decía:
-De tín marín, de do, pingüe, cúcara macara, títere fue…- tal vez no era la forma ideal de tomar una decisión pero resultaba muy practica -… pegale, pegale que él merito fue.
Descubrí mis ojos y noté que mi dedo señalaba  al vestido rayado, lo tomé y en un abrir y cerrar de ojos estaba vestida.
Me puse las alpargatas que combinaban con las rayas grises del vestido y di una vuelta sobre mi misma, como en una de esas películas demasiado cursis; de pronto el tono de llamada de mi celular rompió mi pequeño momento mágico, Valeria.
-¿Bueno?- contesté.
-Estamos abajo.
-Bien, voy para allá.
Tome el bolso de la última vez y guarde el teléfono. Salí de la habitación nerviosa, esperaba que todo funcionara a la perfección
En la puerta estaba mi madre hablando con alguien, parecía feliz.
-Lola, llegaron por ti- mi madre esbozo una sonrisa.
Le di un abrazo y un beso.
-Gracias- susurre en su oído.
Salí de la casa y volteé, mi mamá estaba parada en el marco de la puerta, movió los labios y pude entender que decía: “cuídate”.
-Bien Lola, esta será la mejor noche de tu vida- dijo Valeria, que me sujetó del brazo.
-Eso espero- contesté –¿por qué están vestidos así?
Demian y Valeria, estaban vestidos de negro de pies a cabeza, Valeria llevaba una especie de gorro en la cabeza y Demian llevaba uno parecido en la mano.
-Vamos a un funeral- contestó Demian.
-¿Quién murió?- pregunté.
-Mi dignidad- contestó el chico arreglándose los lentes. –¿Por qué acepté hacer esto?
-Porque eres mi amigo y me quieres- me acerqué y lo abracé.
Atravesamos el zaguán y caminamos un poco, estaba impaciente porque Danniel llegara.
-Reformulare la pregunta- el chico aclaro su garganta –¿Por qué acepté vestirme así?
-Porque nos vemos increíbles- dijo Valeria cubriendo su rostro con el gorro.
-¿Pero tenemos que usar pasamontañas?- Demian miraba el suyo con aire despectivo.
-Sí, somos espías, los espías profesionales los usan- Valeria le arrebato el pasamontañas y le cubrió la cara. –Ves, incluso te hace ver guapo.
-No sé ve mi rostro- replicó el chico.
-¡Exacto!
Demian se quito el pasamontañas de la y se lo arrojo a Valeria.
-Parecemos asaltantes.
-No empiecen- dije.
-Lola tiene razón, esta es su noche- dijo Valeria. –Tenemos que ser sigilosos.
-Valeria, sin ofender, pero serías una pésima espía.
-¿Por qué?- se quitó el pasamontañas, parecía decepcionada.
-No eres sigilosa- contesté.
-Tampoco discreta- agrego Demian.
Un auto se acerco y se estaciono, era Danniel.
El chico de los ojos azules bajo del auto, unos jeans y una camisa negra, estaba sonriendo.
-Hola- se paro frente a mi –te ves muy linda.
Sólo me limite a sonreír, el chico de cabellos dorados se inclino para besarme.
-Tú también estas muy guapo- otro beso.
-¿Nos vamos?- preguntó.
-Sí- sonreí.
-Chicos- se dirigió a Valeria y Demian –muchas gracias por el favor, no sé como lo voy a pagar, son unos excelentes amigos.
-De nada- contestó Valeria.
-¿Amigos?- preguntó Demian.
-Sí- contesto Danniel con una sonrisa –bueno, un amigo hace este tipo de cosas, por eso los considero mis amigos.
Extendió una mano y estrecho manos con Demian y Valeria, se acerco al auto y abrió la puerta del copiloto.
-Después de usted- me dijo.
Entré al auto y con un ademan me despedí de Demian y Valeria, Valeria me observaba como una niña con juguete nuevo y levantó los pulgares. Danniel entró al auto y arranco, comenzamos a avanzar dejando atrás a la pareja dispareja.
-¿Amigos?- repetí la pregunta de Demian.
-Sí- contestó sin perder la mirada de la carretera.
-Creí que te desagradaban- solté.
El auto se detuvo, el semáforo estaba en rojo, pocos autos circulaban, la temperatura era agradable, Danniel encendió el estero  y una canción con aire de principios de los dos mil, comenzó a sonar, en la pequeña pantalla se apreciaba “You’re the storm” de The Cardigans.
-No me desagradan- me volteo a ver con una sonrisa –sólo me molestaba que invadieran nuestra privacidad, pero luego entendí que podía usar eso a mi favor.
-Aprovechado.
-Un poco.
El semáforo se puso verde de nuevo y comenzamos a avanzar.
-Supongo que para variar no me dirás adónde vamos ¿verdad?

-Supones bien Lola, ya estas aprendiendo.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?