-Lola,
despierta- escuche una voz llamarme suavemente. –Lola… Lola… ¡Lola despierta
son casi las once de la mañana!
Abrí los
ojos, me costo un poco de trabajo adaptarme a la luz. Me incorpore y me frote
los ojos.
-Sabes,
las madres normales suelen despertar a sus hijas, con un beso o una frase
dulce.
-Las
madres normales, tienen hijas normales- contesto. –Que además no se duermen
vestidas y se meten a las sabanas.
-Detalles-
sonreí.
-¿Qué
planeas hacer hoy?
-Nada,
supongo que ver reality shows de adolescentes que tienen hijos y no los pueden
cuidar por su drogadicción… o uno de gente estúpida en la playa y también esta
ese de las supermodelos.
-Que
bueno que tengo una hija productiva.
-Lo sé,
tus amigas deben de envidiarte, yo lo haría.
-¿No verás
a tus amigos?
-Mis
únicos dos amigos… uno esta inmerso en sus libros y la otra va directo a la
salvación.
-¿Qué hay
de Mateo?
-¿Cómo
que qué hay con Mateo?
-¿No son
amigos?
-Sí- me
puse un poco nerviosa. –Pero Vale y Demian son mis amigos de toda la vida.
-De la
mitad de tu vida- corrigió.
Me
levante de la cama y fui por una toalla a mi closet.
Entre al
baño y me quite todo, arroje las pulseras a un lado y puse el teléfono donde no
pudiera ser alcanzado por el agua, entre a la regadera y deje que el agua tibia
me cubriera.
Después
de la rutina: ducharme, arreglarme y desayunar. Tome una decisión… ir a molestar
a Demian, no tenia a quien más contarle mis problemas, el debería saber sobre
estas cosas, se la pasaba leyendo.
Decidí ir
en bicicleta, necesitaba pensar, alejarme del ruido de los autos, me coloque los
auriculares y comenzó a reproducirse “Inmortal” de Sofi Mayen, la letra de la
canción me hacia sonreír, me gustaría tener algo así con alguien.
-Mateo-
suspire.
Demonios,
cada vez me sentía más confundida sobre mis sentimientos, ¿sentía algo? Tal
vez, ¿por alguno de los dos? Por los dos definitivamente, ¿quién me gustaba
más? No tenia ni la menor idea.
La briza
del viento se sentía bien en mi cara, era un día de verano de esos en los que
sabes que lloverá en cualquier momento, pero no puedes adivinar a que hora.
Finalmente la casa de Demian estaba frente a mi.
El lugar
era tranquilo, no había mucho ruido, toque el timbre varias veces, llegando a
creer que no había nadie dentro de esa casa, estaba a punto de dar media vuelta
y regresar a casa cuando la mamá de Demian me recibió.
-Hola
Lolita- si había algo que detestaba mas que creyeran que mi nombre es Dolores,
es que me dijeran Lolita, suena como el titulo de una canción de cantante
anoréxica.
-Hola
señora- sonreí.
-Patricia,
dime Patricia o Paty- la mujer sonrió –¿Buscas a Demian?
-Sí, ¿se
encuentra en casa?
-Claro,
esta en su habitación, anda pasa- la mujer me invitaba a entrar en su casa, yo
deje mi bicicleta en la entrada y entre en busca de Demian.
Debía de
reconocer que la madre de Demian era muy guapa y joven, alta con unos ojos
color miel hermosos y una figura bien cuidada, mi madre y ella son intimas
amigas a pesar de la diferencia de edad de diez años.
También
tengo que reconocer a su papá a pesar de ser tan joven ha logrado mucho, siendo
vicepresidente de una empresa, quien diría que Demian es producto de un
embarazo adolescente, tener un hijo a los quince años… no todos pueden salir
adelante con eso.
La puerta
de la habitación de Demian estaba frente a mi, no se escuchaba ruido alguno,
tome la fría perilla y abrí la puerta, para encontrar a un Demian sentado en
una esquina de la enorme habitación, con unos jeans y una playera verde, y unos
lentes gruesos, sosteniendo un libro frente a su cara; estaba tan inmerso en la
lectura que ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia, me pare enfrente de
él y le arrebate el libro, él chico soltó un grito y dio una especie de salto.
-Lola,
¿pero que te pasa?- solté una risita.
-Disculpa,
pero ni siquiera te diste cuenta de cuando entré- di una pequeña mirada a la
habitación y noté una pila de aproximadamente 5 libros. –Por Dios, ¿Piensas
leer todo eso?
-No… eso
ya lo leí en esta semana- señalo a otra pila de libros más grande –pienso leer
todo eso.
-Cristo
Redentor…
-¿Qué te
trae por aquí?
-Quería
salir de casa, ver tantos reality shows casi me quería hacer conseguir un
coach, para aprender hacer algo o embarazarme a los 16.
-Se nota
que buscabas un coach, mira como vienes- claro, no había puesto tanto interés
en mi arreglo personal, unos pants rosas, una blusa amarilla cubierta por una
sudadera morada y unos tenis para correr. –Pero no importa, te ves bien.
Antes de
que pudiera decir algo, se empezaron a escuchar gritos, tal vez de una
discusión entre los padres de Demian, él solo se quedo frío, yo no sabia a
donde mirar o que decir, sólo puse mi mirada fija al suelo.
-Ven, salgamos-
sonaba serio. Se levanto y me extendió una mano para que me levantara.
Lo seguí
a través de la casa, hasta que salimos de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario