sábado, 9 de agosto de 2014

Capítulo LXXV

-Lola, despierta- escuche una voz llamarme suavemente. –Lola… Lola… ¡Lola despierta son casi las once de la mañana!
Abrí los ojos, me costo un poco de trabajo adaptarme a la luz. Me incorpore y me frote los ojos.
-Sabes, las madres normales suelen despertar a sus hijas, con un beso o una frase dulce.
-Las madres normales, tienen hijas normales- contesto. –Que además no se duermen vestidas y se meten a las sabanas.
-Detalles- sonreí.
-¿Qué planeas hacer hoy?
-Nada, supongo que ver reality shows de adolescentes que tienen hijos y no los pueden cuidar por su drogadicción… o uno de gente estúpida en la playa y también esta ese de las supermodelos.
-Que bueno que tengo una hija productiva.
-Lo sé, tus amigas deben de envidiarte, yo lo haría.
-¿No verás a tus amigos?
-Mis únicos dos amigos… uno esta inmerso en sus libros y la otra va directo a la salvación.
-¿Qué hay de Mateo?
-¿Cómo que qué hay con Mateo?
-¿No son amigos?
-Sí- me puse un poco nerviosa. –Pero Vale y Demian son mis amigos de toda la vida.
-De la mitad de tu vida- corrigió.
Me levante de la cama y fui por una toalla a mi closet.
Entre al baño y me quite todo, arroje las pulseras a un lado y puse el teléfono donde no pudiera ser alcanzado por el agua, entre a la regadera y deje que el agua tibia me cubriera.
Después de la rutina: ducharme, arreglarme y desayunar. Tome una decisión… ir a molestar a Demian, no tenia a quien más contarle mis problemas, el debería saber sobre estas cosas, se la pasaba leyendo.
Decidí ir en bicicleta, necesitaba pensar, alejarme del ruido de los autos, me coloque los auriculares y comenzó a reproducirse “Inmortal” de Sofi Mayen, la letra de la canción me hacia sonreír, me gustaría tener algo así con alguien.
-Mateo- suspire.
Demonios, cada vez me sentía más confundida sobre mis sentimientos, ¿sentía algo? Tal vez, ¿por alguno de los dos? Por los dos definitivamente, ¿quién me gustaba más? No tenia ni la menor idea.
La briza del viento se sentía bien en mi cara, era un día de verano de esos en los que sabes que lloverá en cualquier momento, pero no puedes adivinar a que hora. Finalmente la casa de Demian estaba frente a mi.
El lugar era tranquilo, no había mucho ruido, toque el timbre varias veces, llegando a creer que no había nadie dentro de esa casa, estaba a punto de dar media vuelta y regresar a casa cuando la mamá de Demian me recibió.
-Hola Lolita- si había algo que detestaba mas que creyeran que mi nombre es Dolores, es que me dijeran Lolita, suena como el titulo de una canción de cantante anoréxica.
-Hola señora-  sonreí.
-Patricia, dime Patricia o Paty- la mujer sonrió –¿Buscas a Demian?
-Sí, ¿se encuentra en casa?
-Claro, esta en su habitación, anda pasa- la mujer me invitaba a entrar en su casa, yo deje mi bicicleta en la entrada y entre en busca de Demian.
Debía de reconocer que la madre de Demian era muy guapa y joven, alta con unos ojos color miel hermosos y una figura bien cuidada, mi madre y ella son intimas amigas a pesar de la diferencia de edad de diez años.
También tengo que reconocer a su papá a pesar de ser tan joven ha logrado mucho, siendo vicepresidente de una empresa, quien diría que Demian es producto de un embarazo adolescente, tener un hijo a los quince años… no todos pueden salir adelante con eso.
La puerta de la habitación de Demian estaba frente a mi, no se escuchaba ruido alguno, tome la fría perilla y abrí la puerta, para encontrar a un Demian sentado en una esquina de la enorme habitación, con unos jeans y una playera verde, y unos lentes gruesos, sosteniendo un libro frente a su cara; estaba tan inmerso en la lectura que ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia, me pare enfrente de él y le arrebate el libro, él chico soltó un grito y dio una especie de salto.
-Lola, ¿pero que te pasa?- solté una risita.
-Disculpa, pero ni siquiera te diste cuenta de cuando entré- di una pequeña mirada a la habitación y noté una pila de aproximadamente 5 libros. –Por Dios, ¿Piensas leer todo eso?
-No… eso ya lo leí en esta semana- señalo a otra pila de libros más grande –pienso leer todo eso.
-Cristo Redentor…
-¿Qué te trae por aquí?
-Quería salir de casa, ver tantos reality shows casi me quería hacer conseguir un coach, para aprender hacer algo o embarazarme a los 16.
-Se nota que buscabas un coach, mira como vienes- claro, no había puesto tanto interés en mi arreglo personal, unos pants rosas, una blusa amarilla cubierta por una sudadera morada y unos tenis para correr. –Pero no importa, te ves bien.
Antes de que pudiera decir algo, se empezaron a escuchar gritos, tal vez de una discusión entre los padres de Demian, él solo se quedo frío, yo no sabia a donde mirar o que decir, sólo puse mi mirada fija al suelo.
-Ven, salgamos- sonaba serio. Se levanto y me extendió una mano para que me levantara.

Lo seguí a través de la casa, hasta que salimos de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?