Me tire
sobre mi cama, estaba feliz, una felicidad inexplicable, sin razón alguna. Solo
porque si, mande un mensaje a Valeria para comprobar si aun estaba despierta,
cosa que era así. Tome la laptop y la encendí, mientras cargaba el sistema
operativo yo me despoje de la ropa y me puse el pijama.
Cuando
termino de cargar entre a Skype, Valeria no tardo ni un minuto en llamarme,
acepte con video llamada.
-Hola tú-
me saludo.
-Hola.
-Me encanta
el atuendo que elegiste para tus vecinos… muy rosado y con ositos- se río.
-Que
simpática- suspire.
-Gran
suspiro- dijo -¿Qué pasa? ¿Ya hablaste con Danniel?
-No… no
hay señales de él.
-¿Pero?
-Pero el
vecino esta guapísimo, debiste verlo- lo dije con una sonrisa.
-¿Cómo se
llama?- pregunto.
-Mateo-
respondí.
-¿Cómo
es?
-Alto,
más alto que Danniel…
-Cualquiera
es más alto que Danniel- se río y yo me reí con ella.
-¿Insinúas
que esta chaparro?
-Mi novio
es menor que él… y está más alto.
-Ash.
-Bueno continua-
sonrió maliciosa.
-Tiene un
piercing, su pelo es castaño claro y sus ojos son hermosos, color miel.
-Wow…-
hubo silencio –hablas de él como si te gustara… espera ¡¿Te gusta?!- sonó
alarmada.
-No… ¡no
sé!
-Que
romántico, amor a primera vista- suspiro.
-¡Calla!-
replique. –Apenas lo conozco.
-Ya nos
vi, a ti con Mateo y yo con Sebastián, en una cita doble.
-No sé
porque te sigo contando estas cosas a ti.
-Porque
Demian, se tiene que dormir a las 8.
Le saque
la lengua, terminamos hablando de cosas sin importancia, de las vacaciones,
compañeros y otras cosas, mientras hablábamos entre a Facebook, dentro vi una
notificación:
“Mateo
Bretón te ha agregado como amiga”
-Valeria
cállate- la interrumpí mientras hablaba de sus planes con Sebastián.
-¿Por
qué?- pregunto desconcertada.
-Mateo,
me acaba de agregar como amiga.
-¡Oh por
Dios le gustaste!- dio un gritito.
-No
exageres… posiblemente me agrego porque aun no tiene amigos.
-Claro
que si Lola, claro que si- dijo sarcástica –me voy a dormir cuídate, descansa y
sueña con Mateo- me lanzo un beso y colgó.
Se
desconecto al instante, seguí en Facebook y acepte su solicitud de amistad.
Entre a su perfil y comencé a ver publicaciones, publicaciones de sus amigos de
su vieja ciudad, videos, varias cosas. Su foto de perfil: él abrazando una
patineta, al parecer ama patinar, la mayoría de sus fotos son él en una
patineta, o con una.
Cada foto
que veía me gustaba más, ahora no solo me sentía la stalker de Danniel, me
sentía la stalker de Mateo. ¿Si de verdad me gusta? ¿Es posible que te gusten
dos personas al mismo tiempo?
Una
ventana del chat se abrió, un hola apareció… ¡Mateo me saludo!, di una vuelta
sobre mí misma, no me había emocionado así por otra persona que no fuera
Danniel.
“Hola”
fue mi respuesta, cuando teclee apenas toque las teclas.
“¿Qué
haces?” otro mensaje.
“Nada
solo… perdiendo el tiempo. Y tú?”
La
conversación había comenzado, hablamos de varias cosas, en menos de dos horas
lo conocí, supe que su color favorito era el azul, es skater (por si aun había
dudas), le gusta todo tipo de música, sobre todo la independiente, la
conversación duro dos horas, termino con la promesa de mostrarle el lugar por
estos días, empezando al día siguiente, sin duda el verano apenas empezaba y
empezaba de una forma interesante.
Despertar,
sin la necesidad de un despertador era placentero de cierta forma, era
excelente despertar a las 10 de la mañana, salí de la cama y me dirigí a la
cocina, mi hermana estaba sentada, en el centro de la sala, con un plato de
cereal, miraba una especie de programa educativo. Tome el cereal, y saque leche
del refrigerador. Saque una cuchara limpia. Me fui a la sala y me senté a lado
de mi hermana.
-¿Qué vez
enana?- pregunte. Me lleve una cucharada de cereal a la boca.
-¡No soy
enana!- reclamo –veo Dora.
-Ok…- el
teléfono sonó interrumpiendo la corta conversación.
Me
levante a contestar, procurando no hacer un desastre con el plato de cereal,
conteste lo más rápido posible, no imaginaba quien podía llamar tan temprano…
en vacaciones.
-Bueno-
conteste -¿Quién habla?
-¿Quién
más?- dijo una voz femenina al otro lado de la línea –Valeria- soltó un suspiro
–llame a tu celular pero nadie contestaba, en fin- cambio su tono de voz a uno
más tranquilo. –Vamos a hacer algo en casa de Demian, y te llame para avisarte
hoy, a la una.
-No sé-
dije –le prometí a Mateo que le mostraría el lugar.
-Uhhh
Mateo- comenzó burlona –Mateo y Lola, se aman, se basan, se…
-¡Basta!-
la interrumpí.
-No te
hagas, te gusta- hubo una pausa. -¡Ya sé!- grito al otro lado de la línea -¿Por
qué no lo invitas hoy?
-¿No
querrás ligártelo, cierto?- pregunte.
-¿Yooo?-
dijo de forma exagerada -¡Por Dios Lola!- grito. -¿Por quién me tomas, una
bocho?- sonaba ofendida –yo respeto a mi chinitos- me hubiera encantado ver su
expresión al momento de decir todo eso. –En fin, ¿iras o qué?
-No sé…-
dude.
-Vamos
anímate e invítalo.
Pensé un
momento, ¿de verdad me gustaba Mateo? ¿Debería invitarlo con mis amigos?
Tenía al
menos tres horas para decidir, mi cita con Mateo será hasta las dos de la
tarde, invitarlo con mis amigos no sería muy rápido… pero rápido ¿para qué?, mi
cabeza tenía un conflicto. Me quede sentada un momento, pero rápidamente
regrese en sí y subí rápidamente las escaleras. Mi celular estaba en el mismo
lugar, lo tome y note las llamadas perdidas de Valeria.
Baje a
terminar mi desayuno con el celular en la mano, mi hermana seguía viendo
televisión.
-Oye
¿Dónde está mamá?- pregunte, apenas había notado su ausencia.
-Fue de
compras, no creo que tarde- mi hermana respondió sin quitar la mirada de la
televisión.
Tome mi
plato de cereal y me senté junto a ella, no había puesto tanta atención en su
pelo lacio, que llevaba hasta los hombros, un pelo castaño de un tono más claro
que el mío. Sin darme cuenta, ya había devorado todo el contenido del plato.
-¿Quién
hablo por teléfono?- pregunto Sofía, nuevamente sin quitar la mirada de la tv.
-Vale.
-Ah-
contesto, llevándose una cucharada de cereal a la boca.
Me
levante del suelo, tome el plato de cereal y lo deje en el fregadero, mi
hermana por fin se levantaba, había terminado su programa, dejo su plato sobre
el mío. Se dirigió nuevamente a la sala, mientras cantaba una especie de
canción que no pude distinguir. La seguí hasta la sala donde me senté con ella
nuevamente en el suelo, ahora el control estaba en mis manos, me puse a cambiar
los canales sin encontrar nada que me agradara.
La puerta
se abrió, una mujer entro, mi mamá, para ser precisos. Entro con dos bolsas,
iba vestida de forma deportiva. Una sudadera y unos pants rosados, (incluso
para hacer ejercicio tenía que verse bien), una banda alrededor de su frente
era lo único que no era rosa.
-Ya estas
despierta- me sonrió.
-No, soy
una proyección astral, mi cuerpo físico sigue durmiendo- dije sarcástica.
-Muy
simpática…- comenzó a sacar el contenido de las bolsas.
-Claro,
yo siempre- sonreí. –Oye, Demian me invito a nadar a su casa, ¿puedo ir?
-¿A qué
hora?- pregunto.
-A la
una.
Se quedo
callada un momento, el silencio que había me mataba. Finalmente sonrió y dijo:
-Pero por
supuesto, ¿Cómo crees que no te daría permiso?- sonrió nuevamente.
-¡Gracias!-
exclame y le di un sonoro beso. –Bueno me voy a arreglar- y salí de la cocina,
corriendo a mi habitación.
Entre en
mi habitación, y mi celular sonó, una notificación de Facebook había llegado,
un mensaje en el chat. Un saludo de Mateo, desbloquee rápidamente la pantalla
para saludarlo, un solo hola, me había hecho sonreír, me gustaba hablar con él,
a pesar de que tenía menos de 24 horas de conocerlo.
“Lista
para esta tarde?” era el contenido del mensaje de Mateo.
“De hecho quería hablar de eso, mis amigos me
invitaron a nadar, me preguntaba si te gustaría acompañarme” mis dedos
temblaban un poco esperando la respuesta.
“No lo
sé. Qué tal si no les agrado?”
“No seas
tonto, claro que les agradaras”
“Mmm,
está bien, por ti… a qué hora nos vemos?”
“Paso por
ti, antes de la unaJ”
La conversación termino rápido, no
hubo mucho más que decir. Me tumbe sobre la cama, cerré los ojos y sonreí.
Rápidamente me di cuenta de que aun
estaba en pijama, salí de mi habitación y me dirigí al baño.
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