sábado, 11 de enero de 2014

Capitulo L



Llegar a casa nunca se me había hecho tan rápido, me sentía distante, estaba confundida, mucho más de lo que pensaba que estaría, intente hacer que pasara el tiempo, leí revistas, cambie canales, escuche música, todo me recordaba mi beso con Danniel (el cual aun no creía que hubiera sucedido).
El día paso sin más, Danniel no dio señales de vida, no estuvo en Facebook en todo el día, no publico nada, no me envió ningún mensaje, ¿Qué clase de cretino no le manda un mensaje a la chica, que beso mientras estaba ebrio la noche anterior?
-Lola Ferro del Valle- mi mamá estaba en el marco de la puerta sin que yo lo hubiera notado -¿no piensas arreglarte?
-¿Para qué?- pregunte, sin idea alguna de que me hablaba.
-Los vecinos vienen a cenar hoy.
-Ah- balbucee –diles que sólo tienes una hija o que la otra es muy fea para bajar.
-Lola no estoy bromeando, arréglate ya.
Solté un suspiro y me puse la almohada sobre mi cara, di una vuelta estando ahora bocabajo, el recuerdo del beso regreso a mi mente, como si una bala atravesara mi mente, y esa bala era el recuerdo.
Me levante de la cama y me dirigí al baño, me despoje de la ropa y entre a la regadera, el agua caliente comenzó a caer sobre mí, relajando cada musculo de mi cuerpo.
Una buena ducha era lo que me faltaba, elegir la ropa no fue difícil, digo cenaría con los nuevos vecinos, no con la Reina Isabel. Mi elección fue sencilla, un vestido con olanes negros y morados, ni muy corto ni muy largo, debajo de los muslos, pero arriba de las rodillas y elegí unos zapatos negros, tipo flats, el pelo lo lleve recogido con un moño morado, no me maquille, solo me puse algo de rímel y me delinee los ojos con un lápiz negro.
Ponerme unas pulseras con picos me haría ver ruda.
Baje a la sala y mis padres estaban sentados, cerca estaba Sofía con un libro de cuentos infantiles.
-Te ves bien- sonrió mi mamá.
-Muy… “dark”- dijo mi papá.
-Pensaba en ponerme pulseras con picos, pero mejor opte por un piercing en el ombligo ¿quieres ver?- dije sarcástica.
Mi padre a punto de decir algo hasta que se vio interrumpido por el timbre.
-Yo abro- dije y sonreí –tal vez los vecinos quieran ver mi piercing- solté una risita.
Escuche a mi papá soltar una especie de gruñido, salí de la casa solo para ver detrás del zaguán, a un señor igual de imponente que mi padre, mas canoso, con un traje gris impecable. A una señora no tan alta, de facciones más finas, piel blanca y pelo achocolatado, luciendo un vestido negro. Pero lo que llamo más mi atención fue él chico que venía con ellos, un chico alto, blanco, con facciones finas como las de la señora, pero fuerte.
-Buenas noches- sonrió la mujer.
-Eh… ah…- comencé a balbucear, sentí como la sangre iba hacia mi cara. –Buenas noches- abrí el zaguán y la familia entro, los acompañe adentro.
 Después de los saludos y una plática, nos dirigimos a la mesa. Ahí descubrí que los nombres de aquella familia eran Mónica, Germán y Mateo.
Mateo sin duda me robo la atención, mire sus ojos con más interés, unos ojos hermosos, de color miel. También me cautivo su pelo alborotado de un castaño claro que lucía bastante bien. También llevaba un piercing en la oreja izquierda, una forma redonda de color negro. En cierto momento me atrapo viéndolo, yo solo voltee a otra parte y rogué a los cielos para no sonrojarme.
-Eres muy guapa Lola- dijo Mónica.
-Gracias- sonreí ante el cumplido.
-¿Qué estudias?- se llevo la copa de vino a la boca.
-Entrare a tercero de secundaria.
-¡Qué bien!- sonrió una vez la mujer. Comencé a creer que tenía alguna especie de cirugía estética, su cara se veía un poco estirada –Mateo entra a tercer semestre de prepa.
-Muy bien…- sonreí una vez más.
-¿Ya sabes que quieres estudiar?- pregunto mi papá, dirigiéndose a Mateo.
-Aun no sé bien- contesto este. Su voz era gruesa, me gustaba, no me había dado cuenta que sus labios eran carnosos. –Tal vez sea filosofía, es lo que más me gusta.
-¡Lola!- exclamo mi madre -¡No escuchas que te están hablando!
-Eh… ah…- comencé a balbucear –perdón… ¿Cuál fue la pregunta?
-No te preocupes- Mónica sonrió disimuladamente –te pregunte si ya tienes una idea de que quieres estudiar en el futuro.
-Ah… no aun no- solté. ¿Pensar en el futuro?, apenas entrare a tercero de secundaria, ¿debería tener ya un plan de vida?
La conversación siguió, mi hermana se fue a dormir un poco después de las diez. No pude evitar mantener contacto visual con Mateo, cada mirada era distinta, inexplicable. Me perdía en sus ojos color miel, como solía pasarme con los ojos azules de Danniel.
La cena termino y ellos se fueron, quedamos mi mamá, mi papá y yo recogiendo. Ellos eran los invitados, se deberían ofrecer a limpiar, por cortesía.

-Por lo menos alguien en esta mesa si tenía un piercing- solté una risita.
Whos That Boy-Demi Lovato

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?