Habían
pasado algunas semanas del segundo año de secundaria, el drama con Alberto y
Laura había “terminado”, por así decirlo. Oficialmente el grupo se llamaba
bochos, para ese momento por alguna razón, el término se había hecho popular,
ya todo el mundo las llamaba así.
Alberto
me había dejado por Laura, no solo eso, nos habían estado poniendo los cuernos
a Demian y a mí, ninguno de los dos creíamos que esos dos estuvieran saliendo a
nuestras espaldas.
Entre al
baño, casi terminaba el receso, estaba a punto de salir de la cabina cuando
escuche sus voces y entre de nuevo a la cabina.
-No puedo
creer que anduvo con esa tonta- dijo una de las bochos, al parecer fue Marla.
-Ya se-
contesto Laura –pero obvi, yo soy mejor.
Me asome
un poco por la puerta sin hacer ruido, ahí estaban todas, poniendo rímel como
si estuvieran sincronizadas, “solo personas de mente débil, se dejan controlar
por otras personas de mente débil” esa es lo que siempre decía Demian, acerca
de cómo Laura controlaba a las bochos.
-¿Y qué
tal es Alberto con aquello?- pregunto una de las gemelas, no reconocí cual de
las 2.
-Excelente-
la voz de Laura sonaba lujuriosa –fui su primera, y yo la de él. Pero a decir
verdad, ya me está aburriendo, creo que pronto lo botare
-Que
zorra…- susurre. Me tape la boca de inmediato, esperando que no me hayan escuchado.
Hubo
silencio, por un momento creí que me había escuchado, me atreví a mirar a
través de la puerta, las bochos seguían maquillándose, hasta que el timbre
sonó, las tres salieron, formando una fila, claro Laura en frente de ellas.
Me quede
quieta un momento, sentí que algo en mi se derrumbaba, no sabía porque, apenas
tenía 13 años, no debería sentirme así, me sentía traicionada por él, por mi
primer amor, ese que te describen en los libros y películas, como el que vas a
recordar por el resto de tu vida, ese que será para siempre, pero no, siempre
acaba, todo lo bueno acaba. Sin darme cuenta una lágrima escurría de mi
mejilla, no sabía que dolía más, el hecho de que una “amiga” me haya robado el
novio, o el hecho de que él me cambio por ella.
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