Mi
celular comenzó a sonar, sabía quién era. La respuesta del mensaje era una
afirmativa, comencé a sonreír, estaba feliz.
-¿Por qué
tan sonriente?- pregunto Valeria.
-Mira- le
di el celular, esperando comprendiera mi felicidad.
-¡Oh por
Dios!- se levanto del pupitre y comenzó a dar una especie de brinquitos –Lola
quien te viera, te felicito.
-¿Qué
pasa?, ¿Por qué el alboroto?- Demian parecía no entender nada.
-En
resumen Lola, tiene una cita con Danniel- Valeria sonrió a este.
-¿En
serio?- Demian parecía incrédulo.
-Claro,
mira aquí está la prueba- Valeria le entrego el celular, la expresión en la
cara de Demian cambio.
-Wow…-
seguía en shock.
-Amiga,
te tengo que dar consejos, maquillaje ropa…
-Espera-
la interrumpí –no quiero que te ofendas, pero quiero ir vestida como Lola, no
como Lola la busca hombres.
-Allá tu-
Valeria fingió ofenderse –pero yo sé regresaras a mi por un consejo, siempre lo
hacen-. Esta se volteo y fingió ofenderse, se giro de nuevo y dijo: -Por cierto
que has pensado acerca del plan del miércoles.
-Que
criticamos a las bochos y empezamos a comportarnos como ellas.
-Lola
Ferro del Valle- comenzó Valeria –no te atrevas a decir eso de nuevo –me
comenzó a blandir el puño –no nos parecemos a ellas.
-Tú ya te
teñiste…- Demian lo dijo como insinuando algo.
-No me
teñí, solo son mechas, no es lo mismo- Valeria comenzó a discutir –además soy
un poco lenta, pero no una retardada, que solo viene a tomarse fotos en la
escuela y publica frases de tres pesos en Facebook.
Demian y
yo nos miramos un instante.
-Tú sí
que sirves para alegar- solté –tienes futuro en la política.
-O en un
mercado- comento Demian. Ambos comenzamos a reír, Valeria no parecía
divertirse.
-¡Ay!- se
quejo Demian, Valeria lo había pellizcado en el brazo -¡eso duele!
-De eso
se trataba.
-Ya
paren- les dije a los 2, mientras el timbre sonaba indicando que podíamos salir
al receso.
Las
clases, eran igual que el año pasado a finales de ciclo, no hacíamos absolutamente nada y los maestros hacían
dinámicas “para conocernos”, el timbre sonó y nos sentíamos libres, libres de
la clase de artes, la clase más aburrida.
-Bueno
Lola- comenzó Valeria –te deseo la mejor de las suertes en tu cita- me dio un
sonoro beso en la mejilla y se alejo. – ¡Suerte!- grito desde la lejanía.
Demian
pasó por ahí, se despidió de mí sin tanto alboroto como Valeria. Quede sola
como de costumbre, esperando a mi mamá. Una voz grito mi nombre.
-¡Lola!-
grito Alberto.
Me
levante y fui a la dirección contraria a la que se dirigía él, apresure mi paso
mientras él se acercaba.
-Lola,
espera- me sostuvo del brazo. –Tenemos que hablar.
-No-
forcejee, logrando que me soltara.
-Vamos,
quiero otra oportunidad- rogo –además soy el mejor novio que has tenido.
-Alberto,
eres el único novio que he tenido.
-Con
mayor razón, podría ser el amor de tu vida- sonrío.
-Tenemos
14 años- me estaba desesperando –además, tú fuiste el que me boto, no al revés,
y por si fuera poco por Laura, una bocho, una de las que creí que era mi amiga.
El calor te está afectando mejor ya vete a tu casa- seguí caminando esperando
que Alberto dejara de seguirme.
-Por
favor, por favor- se arrodillo –te lo ruego.
Como
llegada del cielo, apareció mi mamá, nunca había estado tan feliz de verla.
-No lo creo-
sonreí y le di una palmadita en la cara.
Corrí al
auto de mi mamá, subí a este y arrancamos, le dedique una sonrisa y me acomode
en el asiento, mientras nos alejábamos de la escuela.
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