sábado, 9 de marzo de 2013

Capítulo XIII


Abrí los ojos, todo estaba oscuro, mi cabeza daba vueltas, no sabía bien qué hora era, me acerque adonde había dejado mi celular; genial estaba apagado, supuse que se había quedado sin batería.
–Demonios- grite.
Se suponía, que le iba a enviar un mensaje, a Demian, cuando llegara a casa, claro que aun lo haría, en cuanto se hubiera recargado un poco la batería del celular lo escribiría. Ahora eso era la segunda cosa que más me preocupaba, o quizás la tercera, debido a que en ese momento moría de hambre y de frio, claro, primero me ocuparía, del asunto de estar hambrienta.
Salí de mi habitación, fui directo a la cocina por algo de comer, por el pasillo, pude ver luces, que provenían de abajo, al parecer aun no era tan tarde, como yo llegue a creer. Vi a todos abajo, mis padres parecían estar viendo una película, mi hermanita, al parecer se canso del xilófono y ahora jugaba con un rompecabezas, ella vestía un pijama rosado, con unicornios, mi padre ahora vestía un pants gris, y una playera blanca, la única diferencia en la ropa de mi mamá, que por supuesto era un vestido, era que ya no llevaba aquellos tacones altísimos, si no que los había cambiado por unas pantuflas rosadas. Los 3 me vieron bajar y se me quedaron viendo por un rato.
-La bella durmiente despertó- gritaba Sofía, mientras corría a abrazarme.
Solté una carcajada.
-Claro Sofí, estoy hermosa- dije con sarcasmo –sobre todo despeinada y fodonga.
-Bueno hasta que despiertas- dijo mi padre –duermes como oso.
-Y  tengo el hambre de uno- dije frotándome el estomago –que hay de comer, y por cierto ¿Qué hora es?
-Las nueve y media- dijo mi madre, viendo el reloj –puedes olvida lo que cocine, al parecer no fue un buen día, para ti, por lo que pedimos pizza para consentirte- dijo, al parecer recordó, nuestro incidente en la tarde.
-Oh mami, perdóname por haberte tratado feo- me sentí como una mala persona –estaba enojada, y claro porque mi día fue una porquería.
Sentía aun como todo daba vueltas, estaba mareada, casi tropiezo con mis propios pies, me senté un momento, en el sillón que estaba cerca, mi papá noto que mi comportamiento era un poco extraño.
-¿Estás bien Lola?- dijo este, preocupado.
-Sí, solo es un pequeño mareo- dije –posiblemente, sea solo porque no he comido nada.
-Lola, estas roja- dijo mi madre. Esta se acerco y puso una mano en mi rostro. -¡Por Dios, Lola estas ardiendo!
Ella se alejo, y subió las escaleras, al parecer iba a buscar algo, yo también me moví de lugar, fui directo a la cocina, abrí la caja de la pizza, e inmediatamente tome una rebanada, me apresure a comerla, ni siquiera la saboree, para cuando me di cuenta, mi mamá ya estaba ahí.
-Bueno al parecer tenias hambre- decía mi madre, dándome un termómetro, que había sacado del botiquín, que llevaba con ella.
-No tenia, tengo hambre- dije, tomando el termómetro. Lo puse en mi boca, espere un rato, y mi madre lo saco de mi boca.
-38 grados- dijo mi madre –nada más y nada menos que fiebre, como lo dije- dijo, buscando algo –aquí están- dijo ella sacando un frasco de pastillas.
-Aja… y ¿qué son?
-Pastillas, te deberían ayudar, mañana iremos con un medico- dijo, sacando dos pastillas del frasco y acercándomelas, junto con un vaso de agua.
Después de tomarme las pastillas, mi madre me dio un beso en la frente y salió de la cocina. Yo me dispuse a seguir comiendo, tome otra rebanada de pizza y me la lleve a la boca; aun tenia frío, supuse que era por el hecho de tener fiebre.

Salí de la cocina, después de haber devorado 4 rebanadas de pizza, Sofía ya no estaba, al parecer ya se había ido a dormir, mis padres aun seguían viendo, la película, que estaban viendo, desde antes que yo bajara, al parecer era una comedia mexicana, de las malas. Me acerque y les di un beso en la mejilla a cada uno, y subí a mi habitación. Una vez ahí, tome mi celular, tenia el cincuenta por ciento de batería, eran las diez de la noche,  pero ya no le mandaría mensaje a Demian, le llamaría.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?