sábado, 4 de abril de 2015

Capítulo XCVI

Era sábado por la tarde, la semana había pasado volando. Apenas podía creer que era la novia de Danniel. Que la semana haya terminado de una forma tan fugaz se debía a él, habíamos pasado la semana conociéndonos, en una semana aprendí que su color favorito era el verde, su comida favorita la japonesa (igual que la mía), que sabia tocar la guitarra… en fin, disfrutaba salir con él, sólo a charlar, incluso las noches me parecían más cortas, gracias a nuestras llamadas hasta la una de la mañana.
-¿Aun no estas lista?- una voz interrumpió mi tranquilidad.
Me incorpore después de haber estado acostada viendo el techo.
-Si lo estuviera no estaría acostada, en pijama y viendo al techo.
-¡Lola, por el amor de Dios- Valeria parecía alterada –son las seis de la tarde, en una hora vas a ver a…- se quedo callada, seguramente recordando que mi padre la podría escuchar- a… tus amigos y sigues en pijama!
-Pues ya te estoy viendo- le lancé una mirada cómplice.
Baje de la cama de un salto y cerré la puerta de la habitación con seguro.
-Bien- dije –trata de moderar tu tono, ya sabes que tenemos muros en la costa-. Me senté en el borde de la cama y la mire. –Okay, necesito que me ayudes a arreglarme, ya sabes nada que me haga parecer chola, delincuente, prostituta o las tres al mismo tiempo.
Valeria soltó un bufido y se limito a decir:
-Esta bien, veré que puedo hacer.
Valeria comenzó a rebuscar en mi closet y después de seguramente hacerlo parecer una zona de guerra se asomo sonriente.
-¡Ya esta!- grito feliz.
Levanto en el aire una falda azul con flores blancas, -que me había fascinado y no pude evitar comprar la ultima vez que salimos de compras- y una blusa blanca con encaje de tirantes, que era un poco reveladora.
-Me gusto la idea de la falda, pero ahora me pregunto por qué demonios compre esa blusa.
-Muy bien, toma- me dio ambas prendas y siguió rebuscando en el closet –saco un suéter gris largo que quedaba perfecto –problema arreglado.
-Wow- quede asombrada –es la primera vez que demuestras tu buen gusto.
-No sé si sentirme halagada u ofendida… en fin, tengo algo que se verá increíble con eso.
Introdujo su mano en la bolsa que llevaba con ella y saco un par de tacones.
-¡No!- exclame inmediatamente.
-¿Por qué no?- preguntó –se te verían bien “bonis”- lo dijo imitando a las bochos.
-Porque a pesar de que son lindos, se ven como armas de tortura- resople –además no quiero que acaben descalabrando a alguien.
-¿Eh?
-Nada, chiste local.
Me levante de la cama, seguí descalza hasta mi closet y saque un par de alpargatas grises que combinaban con el suéter.
Mientras me las calzaba, Valeria saco una plancha para el cabello.
-Te verás hermosa.
Nuevamente me senté en un borde de la cama mientras dejaba que Valeria hiciera lo que quisiera con mi cabeza.
-Que bien que tu mamá haya aceptado la idea de tú y Danniel juntos- dijo Valeria.
-Lo sé- ni yo me lo creía, era como un sueño, de no haber porque Valeria me acababa de quemar la cabeza hubiera creído que de eso se trataba, un sueño. -¡Auch!
-¡Perdón- dijo en un tono sincero.
Tomé la bolsa de Valeria y comencé a rebuscar, mientras ella trataba de no hacer un incendio en mi cabeza, encontré lo que buscaba la bolsita de maquillaje de Valeria, aunque sólo me pondría un poco, en una de nuestras platicas nocturnas descubrí que no le gustaban las chicas muy maquilladas, el prefería lo natural.
-Ya estas- dijo la chica alejándose un poco.
Yo seguía aplicándome un poco de sombra en los ojos, para dar paso a ponerme un poco de brillo en los labios, el brillo tenia sabor a frambuesa, lo elegí esperando que a él le gustará.
-Tu mamá sabe el plan ¿cierto?- preguntó para confirmar.
-Claro, le dije a mi papá que saldría contigo y con Demian, mi mamá sabe que no es verdad, que estaré con Danniel, ustedes tres se encargan de cuidarme la espalda.
-Oh muy bien- Valeria esbozo una enorme sonrisa –me siento como una espía.
-Muy bien señora espía, desconecta esa cosa antes de que causes un incendio- señale a la plancha para el cabello.
-¿Por qué clase de persona me tomas?
-Por Vale, justamente por eso lo digo.
-Vale lo tiene todo bajo control.
-¿Cómo aquella vez que intentaste lavar la ropa de tu familia y mezclaste blanca con la de color?- pregunté –¿O aquella vez que intentaste cocinar lasaña y llegaron los bomberos? O que me dices de…
-Bueno- me interrumpió –ya entendí el mensaje, a veces meto la pata.
-A veces…- murmure.
Ella se limito a hacerme una mueca, miré el reloj, cuarto para las siete, quince minutos para ver a Danniel.
-Bien creo que estoy lista- tomé el celular y una bolsa que había comprado antes de que Valeria se fuera al retiro y no había tenido oportunidad de utilizar.
La bolsa me fascinaba, era negra y la correa era una cadena dorada.
Valeria y yo, salimos a toda prisa de la casa, me acompaño hasta Esquina del cielo, el lugar acordando para ver a Danniel, entramos y tomamos una mesa, Sebastián se nos acerco para preguntarnos si queríamos algo, Valeria pidió un té helado, yo me negué y el chico del delantal fue por la orden de su novia.
-Te imaginas.
-¿Qué?
-Cuando hagamos citas dobles- Valeria parecía emocionada. –Tú y Danniel, yo y Sebastián, será perfecto.
-Era como lo que queríamos hacer desde primero.
-¿Adónde irán?
-No tengo idea- Danniel no me había dicho nada, sólo que era una sorpresa. –Es sorpresa.
-Que romántico.
No pude contestar, Danniel estaba ahí, apareció detrás de Valeria, estaba guapísimo, su melena rubia bien peinada, sus ojos hermosos ojos azules, iba vestido de una forma sencilla, pero aun así se veía radiante. Unos jeans, una camisa gris, sobre ella una chaqueta negra que ya había visto antes. Lo vi de pies a cabeza y note que llevaba unas botas idénticas a las que me “presto”.
Me levanté de la mesa y me colgué de su cuello para alcanzar sus labios y darle un suave beso.
-¿Botas nuevas?- pregunté a pocos centímetros de su cara.
-No podía estar descalzo toda la vida- me dio otro beso y esbozo una pequeña sonrisa. –¿Lista?
-Lista.

Y salimos del local a un destino sólo conocido por Danniel.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?