sábado, 21 de diciembre de 2013

Capitulo XLVIII


First kiss...

La lluvia se había convertido en una suave brizna mientras nos estacionábamos fuera del edificio donde vivía Valeria, no logre ver el auto de Sebastián por ninguna parte,  eso significaba, que se había escondido o que aun no había llegado.
-Bueno aquí estamos- mi papá apago el motor –ya sabes, si quieres que te pase a recoger solo me llamas, no importa qué hora sea, puedo pasar por ti, ya sabes que…
-Pá- lo interrumpí –estaré bien, en serio.
Solo iré de fiesta y llegare a altas horas de la madrugada, no tienes de que preocuparte. Eso paso por mi cabeza, si hubiera dicho eso, mi papá hubiera puesto seguro de inmediato y nos hubiera hecho regresar a casa.
Trague saliva y le dedique una sonrisa para tranquilizarlo, vi hacia afuera y me puse la capucha de mi sudadera. Le di un beso en la mejilla y abrí la puerta del auto, salí y le dije:
-No te preocupes, estaré bien- sonreí y él me regreso la sonrisa.
Me dirigí al edificio y vi como mi papá se alejaba, se preocupaba mucho por mí y por mi hermana, cosas de padres. Abrí la puerta y me dirigí  al elevador, era cálido adentro, me apresure a presionar los botones. Salí del elevador y camine directo al apartamento de Valeria, toque la puerta y de inmediato abrieron, era Valeria.
-¡Hola!- me abrazo –pasa, tenemos que elegir que ponernos.
-¿Y tus papás?- pregunte,
-No están, llegan mañana- me sonrió maliciosa.
-¿Y cómo te dejaron quedarte?
-Fácil, estoy en tu casa- me dejo sin palabras, Valeria tenía mucha suerte.
Me jalo del brazo y me llevo a su habitación, me llevo a su closet y lo abrió.
-Elige primero- me dijo.
Tenía que ponerme algo que me hiciera ver mayor, tome una falda negra y una blusa blanca, Valeria tomo un vestido negro con una especie de cinta en la cintura. Elegimos la ropa, los zapatos, nos peinamos y nos maquillamos, y sin darnos cuenta ya eran las 10, Demian y Sebastián ya estaban esperándonos, ambos se quedaron boquiabiertos.
-¿Cómo nos vemos?- pregunto Valeria.
-Increíbles- Sebastián sonrió y se acerco para besarla en los labios.
-Se ven geniales… mayores- comento Demian.
-Gracias- sonreí, me sentía mayor y me veía mayor, con esos tacones alcanzaba la altura de Demian.
-¿Nos vamos?- pregunto Sebastián sonriente.
-Claro- soltamos en coro y reímos.
El camino a “Infinity” fue tranquilo, la noche era nublada, era fresca, el trafico comenzaba a ser un poco molesto, en mi cabeza se libraba una batalla, todo lo que pensaba era en cómo le daba la espalda a todo lo que creía, y en que vería a Danniel, solo por eso iba realmente, dejaba todas mis creencias por un chico, de verdad me estaba comenzado a dar lastima yo misma.
Abrí la ventanilla, necesitaba un poco más de aire, del que me llegaba de la parte delantera del auto.
-¿Todo bien?- pregunto Demian.
-Si…-  solté un suspiro.
-¿Es por lo que me dijiste en la mañana?
-Si- reconocí.
-Aun podemos dar marcha atrás, si quieres.
-No te preocupes estoy bien, esta noche será pura diversión- mentí.
No tardamos mucho en llegar, la gente hacía fila para entrar. Los nervios me invadían ¿Qué tal si nos descubrían?, no quería tener problemas, seguramente mi padre me encerraría de por vida, sin mencionar que me mandaría a una escuela de monjas.
El lugar se veía bastante bien, no muy grande, no muy pequeño, con un enorme letrero encendido que decía “Infinity” con un símbolo de infinito debajo del nombre, el logo estaba iluminado de un rosa al parecer mexicano, y las letras moradas, el lugar era uno de los más comentados en la escuela.
Sebastián hablo con “un gorila” de la entrada, parecían llevarse bien, el hombre vestía unos jeans y una playera negra, se veía bastante intimidante. Sebastián regreso con nosotros.
-Síganme-  tomo la mano de Valeria, Demian hizo lo mismo conmigo y seguimos a Valeria y Sebastián, pudimos entrar. Sentí un poco de lastima por esas personas que estaban paradas esperando entrar.
Las luces se movían de un lado al otro, una enorme pista en frente de nosotros, gente bailando, bebiendo o haciendo ambas cosas, se encontraban frente a mostros, seguimos caminando atravesando el mar de gente. La música era fuerte, sonaba “Who’s that chick?” de David Guetta con Rihanna, intentaba ver a través de la gente, buscándolo, no estaba en la pista. Danniel aun no llegaba o no podía ubicarlo. A quienes si podía ver era a algunos compañeros, de un grado avanzado de mi grado e incluso más chicos.
Pronto había perdido las inhibiciones, comencé a divertirme, bailaba con mis amigos, Demian se veía bastante bien, un pantalón negro y una camisa azul, aunque no se movía mucho, estábamos riendo y bailando, bebimos un poco, yo deje de hacerlo cuando comencé a sentirme mareada. De pronto lo vi a él, a Danniel en una mesa, junto a él Tatiana y otros chicos.
-Esperen- grite para que me escucharan –regreso en un momento.
-¿Adónde vas?- grito Valeria.
No conteste, me limite a señalar el lugar donde estaba Danniel. Comencé a caminar directo a donde estaba Danniel, voltee y Valeria levanto los dedos pulgares como señal de apoyo. Llegue a su mesa, sentía la respiración agitada y el corazón a punto de salirse de mí.
-¡Hola!- grite tratando de que me escuchara. El volteo y sonrió
-Hola Lola- contesto, el aliento alcohólico me dejo en claro que estaba tomando. Me rodeo con el brazo y se dirigió a sus amigos. –Chicos ella es mi amiguita Lola.
La situación era incomoda, solo saludaron con la mano y yo hice lo mismo.
-¿Qué haces aquí?, eres muy pequeñita para estos lugares- su voz mostraba signos de ebriedad, me quede callada, estaba nerviosa, sentía mi pulso ir a mil por hora,
-Yo… estoy…- comencé a balbucear –vine a bailar- por fin articule palabras.
El sonrió y se comenzó a reír, se quedo viéndome un instante, todo era lento nos estábamos viendo a los ojos, quedaba claro que había bebido bastante esa noche, se veía en su sonrisa tonta.
De pronto eso paso, me atrajo hacia él y me beso, sus labios oprimían los míos, yo vacile, no reaccione, pero me deje llevar. Comencé a responder al beso mientras una corriente eléctrica recorría mi cuerpo, el beso tenia sabor a alcohol, ese beso era lo que esperaba desde hace tiempo y a pesar de eso, no fue lo que me esperaba.
Me soltó y siguió sonriendo tontamente, de pronto sus ojos se abrieron como platos, empalideció al verme y salió corriendo.
-Pero qué demonios…- dije confundida, solté un suspiro y regrese con los demás.

Mi cabeza daba vueltas, estaba mareada, llegue con Demian, no escuche lo que dijo, todo se volvió sombras y lo ultimo sentí fue a alguien sosteniéndome.

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En una esquina del cielo, es una novela romántica, que habla sobre Lola, una chica de 14 años, enamorada de Danniel, un joven mayor, ¿sera acaso su verdadero amor?